Conocida por todo el mundo como la Escalera al cielo, se encuentran al norte de la isla de Maui, en Hawaii, y son unos 4,000 escalones.

Aunque las famosas Escaleras Haiku han estado cerradas al público durante más de 30 años, siguen formando parte de la lista de lugares imprescindibles de Hawaii, ya que atraen a excursionistas de todo el mundo que las recorren de manera ilegal.

La escalera sube casi verticalmente a alturas sobre los 760 metros desde el valle de Haiku hasta el tope del Puu Keahi a Kahoe, tan alto, que hay puntos en la caminata en que los picos se asoman sobre las nubes.

En 1943, un par de años después del ataque japonés al Pearl Harbor (la difundida base naval de la Armada estadounidense en el Pacífico) se instaló, en modalidad top secret, una antena.

Con ella se puso en marcha una radio de alto alcance para transmitir información a los barcos de bandera norteamericana. Este sendero, que tuvo su propio teleférico además, se transformaría más tarde en la fascinante y extensa escalera Haiku.

Pasada la guerra, en los años 50, las instalaciones fueron usadas para crear una segunda transmisora, esta vez de tipo Omega, un sistema famoso por ser el primero de alcance mundial. Fue en ese momento cuando los escalones y pasamanos de madera se reemplazaron por otros de metal, además de algunos pasajes con rampas.

Poco a poco la escalera fue perdiendo utilidad, la base naval cerró y la estación fue clausurada en 1987. Aún así, los excursionistas y turistas siguen teniendo el paso cerrado, aunque todo el mundo ignora los carteles de No pasar, pues el sendero tiene tramos peligrosos y el gobierno estatal no está dispuesto a afrontar los enormes gastos que exige su acondicionamiento.

Existe una Asociación de Amigos de las Escaleras Haiku (haikustairs.org) que impulsan la reapertura oficial del lugar y el acondicionamiento de las escaleras, esta vez con fines turísticos y, claro está, deportivos.

La asociación realiza tareas voluntarias de mantenimiento del camino e invitan a los interesados a sumarse, reparando zonas que cada tanto son devastadas por tormentas y otras inclemencias climáticas.

Muchos ven las escaleras no sólo como una manera incomparable de ver el paisaje de Oahu, sino como una parte única de la historia de Hawaii. Y, según la asociación, podrían y deberían ser parte del futuro del estado.