Este concepto proviene del griego ‘filos’, que significa ‘amante o amado’ y phobia, que significa miedo. En otras palabras es el miedo a enamorarse.
La filofobia se desarrolla cuando una persona se ha enfrentado a algún trauma o problema relacionado con el amor en el pasado, pero también puede ser fobia crónica, esto afecta la calidad de vida y evita comprometerse con otras personas.
Miedo a vincularse emocionalmente o enamorarse de alguien. Son personas que, estando en constante deseo, necesidad y búsqueda del amor, tienen terror a que este se presente en sus vidas por temor a ser lastimados o a lastimar. Para un filofóbico, el enamorarse puede convertirse en una situación que le produce una terrible sensación de malestar y niveles altos de estrés emocional y físico.
Su origen se encuentra en las dificultades de apego, es decir, en el vínculo que se crea cuando establecemos una relación, puede ser un trastorno producido por malas experiencias del pasado.
Algunos de los patrones conductuales que acompañan a este miedo son los siguientes: Incapacidad para abrirse a alguien a nivel emocional, las personas que lo sufren tienden a querer vivir su vida en soledad, problemas al respirar, son algunos síntomas que se generan cuando deben enfrentarse a la persona de la que temen enamorarse y se relacionan con personas muy diferentes a ellos, pensando que de esta manera se llegará al fracaso de la unión.
Ante la existencia de una fobia que le impide desarrollar su vida con normalidad, es necesaria la búsqueda de ayuda profesional, que le pueda aportar una serie de herramientas que posibiliten un cambio de la situación. En este aspecto, la terapia cognitivo-conductual ha demostrado ser una de las más eficaces en cuanto al tratamiento de fobias.
Mediante este tratamiento, podrá disminuir el malestar que provoca la situación fóbica, y las conductas de evitación. Aprenderá a dejar atrás los pensamientos irracionales derivados de experiencias pasadas, y a evitar las expectativas futuras.