Quienes trabajan de forma habitual sobre un escritorio conocen la importancia de elegir adecuadamente la mejor luz para el espacio donde desarrollan su actividad. Merece la pena invertir algo de tiempo para tomar la decisión más acertada.
Los flexos son lámparas de mesa, con brazo flexible o articulado, que permiten concentrar y orientar la luz hacia un punto determinado. Ofrecen una luz dirigida directa: del flexo al objeto directamente.
Son útiles cuando se dispone de un escritorio con espacio limitado y no queremos invadir el área de trabajo con nuestra lámpara.
El factor decorativo también es muy importante a la hora de elegir un flexo. Puedes encontrar modelos de diversos estilos, tamaños, colores, formas, etc. para que se adapten al espacio en el que se van a colocar para que se integren con armonía y gusto.
Básicamente existen dos tipos, el flexo articulado, y el flexo con cuello de cisne. En ambos casos es necesario asegurarse de la calidad de las marcas del producto que elegimos, ya que los continuos ajustes producen el desgaste de estas piezas móviles y pueden llegar a romperse.
No es recomendable utilizar el flexo como única fuente de luz ya que el fuerte contraste de la luz del espacio de lectura con el entorno oscuro de la estancia puede producir cansancio ocular. Regula el brazo y la cabeza del flexo en la medida de lo posible para orientar la luz al punto exacto donde quieres que ilumine para que no tengas que forzar la postura ni la vista, ni te haga sombra o deslumbre.
Se recomienda que las bombillas para los flexos sean de las que den luz blanca o azul, que cansan menos la vista.
Las lámparas flexo se pueden utilizar en despachos y zonas de estudio: Una zona de trabajo necesita una iluminación homogénea e intensa en el punto de trabajo, lugares de lectura como la cama o en la mesita del salón.