Esta generación de nativos digitales comprende intuitivamente la tecnología de punta, por lo que está en mejor posición que cualquiera. Sin embargo, como grupo, son demasiado reacios al riesgo de dejar un buen trabajo por uno más arriesgado.
¿Es la generación “Y” la peor de todas, manejando sus finanzas? A veces se critica mucho a los nacidos entre comienzos de 1980 y finales de 1999, como bastante malos a la hora de manejar su dinero. Son los que menos interés tienen en trabajar, y los que quieren recompensas más grandes y rápidas. Además son consumistas y poco ahorradores.
¿Acaso ha habido una sola generación que no se haya preocupado de algún modo por los asuntos económicos? Los millennials no son, desde luego, la primera excepción a la regla. De entrada, su inquietud sobre este tema puede llegar incluso a ser superior a la de las generaciones anteriores. Al fin y al cabo, son la generación de la Gran Recesión.
Como generación que se ha enfrentado con una grave crisis, los millennials se debaten entre la esperanza y la indignación. La crisis ha llevado a los jóvenes a ser sumamente cautos con su dinero y a ver con recelo las opciones más arriesgadas. Ello puede traducirse en una parálisis de las inversiones, pero también en decisiones mucho más meditadas y sólidas. Un cambio en la mentalidad que puede traducirse en una mayor estabilidad en las finanzas del mañana.
Sin embargo, los millennials están ávidos de mejorar su conocimiento sobre finanzas y les gustaría saber más sobre inversiones. Tienen demasiada confianza sobre el tema de las inversiones acorde a su propio entendimiento, y son muy poco realistas acerca del ingreso o flujo que pueden obtener sobre sus inversiones, por lo que existen grandes riesgos de no alcanzar sus objetivos financieros futuros.
La calidad de vida tiene prioridad y suelen ser consumistas, sobre todo de los gadgets tecnológicos que son parte de su vida cotidiana.
Esta generación, por la composición de las edades en México, tendrá dificultad para alcanzar una jubilación digna, y requiere tener la consciencia de ahorro complementario. Hay una propensión a durar más tiempo en el hogar paterno, y de hecho es un fenómeno que se está presentando a nivel mundial, por la crisis financiera. Esta realidad obliga a llevar acuerdos económicos con los padres para permanecer en casa.
Estos jóvenes, enfrentan una seria problemática de empleo y deben estar bien preparados. Por lo mismo, tienden a ser emprendedores para construir su propia fuente de ingresos.
La generación “Y”, probablemente no sea la que mejor está gestionando sus finanzas, pero también es cierto que se está enfrentando a aspectos a los que las anteriores no se habían enfrentado.