Desde el 16 al 24 de diciembre, se empiezan a celebrar las Posadas, justo nueve días antes de Navidad.
Las posadas son una serie de festividades que se llevan a cabo en México, desde tiempos de la Colonia. Su origen es de carácter religioso, en el que se representa el peregrinar de María y José, en su camino a Belén, pero desde finales del siglo XVIII, forman parte de la cultura popular, al ser organizadas por las familias.
Es precisamente después de la Independencia de México, que comenzó a estilarse, que cada colonia organizara festejos, incluyendo a todos los vecinos, durante los nueve días antes de navidad, en los que casa por casa, se iba pidiendo posada cargando las imágenes de María y José, como ellos lo hicieran, cuando Cristo iba a nacer, de acuerdo a la creencia católica, por lo que no es casualidad, que en esta época, adoptara esta celebración el nombre de ‘Posadas’.
Una vez reunidos los invitados a esta celebración, se disponen a representar la solicitud de alojamiento que realizaron la Virgen María y San José, en su peregrinar de la ciudad de Nazaret, en camino a Belén. Para simbolizar este acontecimiento, los invitados hacen dos grupos, uno de ellos, debe salir de la casa acompañados de figuras que representan a los peregrinos, María y José, los cuales piden posada en la puerta. Es importante mencionar, que durante la posada, todos los integrantes llevan consigo velas, y un cuadernillo con las letanías. Una vez concedida la posada, comienza la convivencia entre los participantes, la cual llega a su máximo esplendor, al momento de romper la piñata, la cual debe estar llena de fruta, dulces y de colación.
Aunque el origen de las piñatas, es chino, los colonizadores las trajeron a México, y simboliza el triunfo de la fe, sobre el pecado. Los 7 picos, representan los 7 pecados capitales. Los dulces adentro, representan la gracia de Dios; la venda en los ojos, es la fe, y las personas alrededor, a la iglesia como guía para vencer el pecado.