No hay nada cómo disfrutar de una amplia y larga encimera para poder elaborar las comidas. Una tapa en el lavabo es la mejor opción y una buenísima idea.
Con la crisis, las casas son cada vez más pequeñas y los pisos cuentan con pocos metros cuadrados para decorar. En el caso de las cocinas y los cuartos de baños, son los más afectados, puesto que suelen ser las estancias más pequeñas de las casas de por sí.
Si te sientes identificado y tu cocina no es muy grande, existe una solución para ahorrar espacio. Aunque, si tienes una cocina enorme, es muy posible que también te guste.
Instalar un fregadero con tapa incorporada o añadir la tapa una vez comprado el fregadero permite ganar un espacio extra en la encimera para trabajar. La zona del fregadero suele ser de un uso exclusivo para lavar los platos o tomar agua para elaborar las comidas. Sin embargo, puede aprovecharse para trabajar sobre él si lo tienes con tapa.
Una elección adecuada del material de la tapa es muy importante, pues piensa que debe ser: resistente a los golpes y cortes, pero también a las bacterias y la suciedad, además de soportar el calor de sartenes y cacerolas. Procura instalarla dejando siempre un hueco amplio para que puedas lavar y depositar platos y vasos de forma cómoda.
Lo ideal es, que la tapa sea corredera y pueda trasladarse de un lado a otro o que sea extraíble. Esto te permitirá usarla, unas veces como escurridor de menaje, otras para tapar los platos sucios que no te da tiempo lavar, pero también realizar tareas de cocina usando el grifo y un lavabo libre.
Pero la cocina no es el único sitio donde puedes elegir un lavabo con tapa, el baño es otro lugar para poder hacerlo. De esta manera evitas la entrada de suciedad que pueda atascar las tuberías. Si lo que necesitas en el baño, también es espacio, aprovecha la superficie plana de la tapa para poder apoyar, aunque momentáneamente, toallas, ropa o jabones.