Son muy convenientes para quienes usan poco la cocina, ya que tienen dimensiones menores y compactas.
El origen del lavavajillas guarda una historia interesante. Aunque la primera patente corresponde a Joel Houghton, todo el mundo concede el honor de la invención del lavavajillas moderno a Josephine Cochrane, una millonaria nieta del inventor del barco de vapor. Crochane disponía de sirvientes para lavar sus platos pero diseñó el aparato para que sus sirvientes no estropearan su vajilla de porcelana china.
El diseño de una lavavajilla integrado a la tarja es ideal para departamentos pequeños, equipamientos urbanos y, aunque no es una novedad para el mercado, sigue despertando la atención de todo aquel que ahora se entera, pues el producto parece estar pensado a la medida para solucionar las tareas de cocina de muchas personas.
En estos electrodomésticos, la belleza está en el interior. Antes de instalarlos parecen desnudos, porque se fabrican con el fin de que vayan “dentro” de los muebles, unidos a las puertas, de forma que quedan totalmente ocultos. Se utilizan con frecuencia en cocinas de diseño, porque se adaptan a todo tipo de mobiliario y dan sensación de uniformidad y limpieza.