Alberobello es universalmente conocida como la capital de los trullos, éstos son célebres en el mundo por su belleza característica y representan uno de los ejemplos más extraordinarios de arquitectura popular italiana.
Su nombre deriva del griego y significa cúpula, y hace referencia a las antiguas construcciones cónicas de origen prehistórico hechas de piedra en seco, sacada de las abundantes rocas calcáreas de la Murgia. Trulli tiene sus orígenes en torno al año 1500 y se caracteriza por los tejados cónicos de los edificios y por sus símbolos mágicos. Este tipo de casas están principalmente en los distritos de Aia Piccola y Riona Monti en Alberobello, una ciudad al sur de Bari.
En un periodo histórico en el que no era posible construir hogares estables, los habitantes de esta tierra demostraron una gran capacidad de adaptación construyendo estos “trullos”, casas erigidas sólo con la piedra pobre de la zona; cada uno de ellos tiene formas y tamaños diferentes, algunos tienen dos plantas. La mayoría presenta el tejado gris en forma de cono terminado en bola o hemisferio. En el interior hay una sola habitación con un espacio para la chimenea, la cama y muebles varios. La estructura favorece una buena temperatura: fresco en verano y acogedor en inverno.
Lo increíble de estas impresionantes estructuras, es que se sigan utilizando hasta nuestros días como espacios habitables, y constituyan un genial y longevo ejemplo de arquitectura espontánea.
Originalmente surgieron debido a la costumbre de abatir y reconstruir las edificaciones en mal estado, en lugar de repararlas. Pero los trullos, en realidad, no son en absoluto precarios: su estructura interna compacta y carente de elementos de sujeción o de unión, goza de una solidez admirable.
Los trullos de Alberobello son un ejemplo único de construcción prehistórica que ha sobrevivido, son un salto en el pasado, habitado y revestido de presente. Los trulli forman parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1996 y dormir en uno tiene que ser toda una experiencia.