Comienza la época de calor, se abre la temporada de piscinas y nuestros niños quieren estar todo el día en el agua, una combinación que consigo trae muchos riesgos.
Parece lógico que tratándose de una piscina, siempre nos planteemos utilizar algún sistema de seguridad, “por si acaso”, pero lo cierto es que en un gran número de piscinas, los propietarios no tienen instalado ningún sistema que ayude a mantener la seguridad en nuestra piscina y su entorno, de forma efectiva.
Los accidentes por inmersión constituyen una causa muy frecuente de muerte accidental. En todo el mundo la cifra de muertes por ahogamiento, al año, se estiman en 140.000-150.000. Las víctimas más frecuentes son sobre todo niños y adultos jóvenes, por lo general sanos, y casi un 80% son varones. La incidencia máxima se produce durante los meses cálidos, sin duda para tener en cuenta y tomar todas las precauciones necesarias.
Ya sea en piscinas públicas o privadas, debemos aplicar medidas de seguridad para que el tiempo de disfrute sea placentero y beneficial, y no un peligro constante. Estos deben ser sitios de distensión, pero también de atención y cuidados por parte de los adultos, evitando accidentes y malos ratos.
Por todo esto, resulta muy importante valorar el utilizar uno o varios sistemas de seguridad, en nuestra piscina: