Con el paso de los siglos las minas de Wieliczka fueron creciendo en profundidad y longitud, llegando a convertirse en unas de las minas de sal más grandes del mundo que aún siguen en activo.
En el siglo XIII se descubrió la existencia de ‘halita’ o ‘sal gema’ en la zona de Wieliczka, Polonia y, ya por entonces, comenzó su extracción en dos pozos. Entre finales de aquel mismo siglo y principios del siguiente, se construyó allí mismo el Castillo de las Salinas en Wieliczka, desde donde se administraron las minas hasta 1945.
Las minas de Wieliczka reciben el sobrenombre de ‘La catedral subterránea de la sal de Polonia’. Es una de las minas de sal activas, más antiguas del mundo. La más antigua está en Bochnia, también en Polonia, a veinte kilómetros de Wieliczka.
La ruta turística descubre la interesante historia de la mina, y permite el recorrido a través de 3,5 km de galerías a lo largo de los cuales se ven 22 cámaras con lagos subterráneos, antiguas herramientas y máquinas y diferentes esculturas y bajorrelieves realizadas por los mineros con bloques de sal.
Estas minas contienen estatuas de personajes míticos e históricos, esculpidas en la roca de sal, por los mineros. Incluso los cristales de los candelabros, están hechos de la misma. También hay cámaras y capillas excavadas en la sal, un lago subterráneo y exposiciones que ilustran la historia de la minería de la sal.
El momento más sorprendente del recorrido llega con la visita a la Capilla de St. Kinga, una impresionante sala de 54 metros de longitud que cuenta con una exquisita decoración realizada sencillamente a base de sal.
No es la única capilla que se encuentra en el recorrido, pero sus dimensiones y las impresionantes lámparas, ya le dejan estupefacto tras el primer contacto visual, y su verdadera belleza reside en los detalles.
El recorrido termina en el espacio más amplio de toda la mina: la cámara Warszawa, donde se llegaron a extraer 20.000 toneladas de sal. Hoy en día esta sala alberga incluso un restaurante, y puede ser alquilada para grandes eventos, como bodas, bailes, festejos empresariales, etc.
En 1978, las minas de sal de Wieliczka, fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.