El MOBA es una institución comunitaria sin ánimo de lucro, dedicada a la colección, preservación y exhibición de arte malo en todas sus formas y en todo su esplendor.
El pintor y escultor alemán Max Ernst dijo en una ocasión que el arte no tiene nada que ver con el gusto, no está ahí para ser degustado. Y eso es lo que debió de pensar el marchante de arte Scott Wilson cuando fundó en 1993 el Museum Of Bad Art o MOBA (Museo del Arte Malo) de Massachussets, un museo que según dicen contiene arte demasiado malo como para ser ignorado.
Existen otros museos en el mundo que lejos del glamour de otros grandes como el Louvre, ‘El Prado’ y el ‘British Museum’, guardan en su interior otras ‘obras de arte’ curiosas.
En Arlington (EE.UU.) el ‘Burnt Food Museum’ donde se exponen alimentos quemados; en Zagreb (Croacia) el ‘Museum of Broken Relantionship’, donde se pueden ver objetos e historias de relaciones amorosas rotas, en la ciudad de Avanos (Turquía) el ‘Hair Museum’ o ‘Museo del Cabello’, el ‘Museo de los Aromas’ en la localidad burgalesa de Santa Cruz de la Salceda (España).
El origen del museo
Podríamos seguir enumerando otros museos curiosos, la lista es interminable, sin embargo, nos centraremos en el MOBA (‘Museo de Arte Malo’).
Su directora ejecutiva, Louise Reilly Sacco, considera que las obras que seleccionan deben tener esa ‘calidad especial que de algún modo la diferencia de otras que son simplemente incompetentes’. Rastrean mercadillos, tiendas de segunda mano, reciben donaciones de todo el mundo e incluso se encuentran en contenedores de basura, seleccionadas con el máximo rigor, de hecho, aceptan solo una de cada diez donaciones que reciben, y siempre, siempre, buscan que no sean aburridas.
El MOBA se encuentra en Boston, capital del estado de Massachusetts, en la misma ciudad que el prestigioso ‘Museum of Fine Art’. Es un museo privado con más de 600 piezas, de las que entre 50 y 75 están disponibles para el público en general. En sus pocos más de 25 años de vida ha aparecido en numerosas rutas turísticas, periódicos y revistas internacionales, inspirando colecciones similares en otros países.
Todo comenzó en 1993 al percatarse Scott Wilson -un vendedor de antigüedades- de un cuadro que sobresalía entre la basura en un área de Roslindale, Massachusetts. Inicialmente le llamó más la atención el marco que el cuadro en sí, pero tras mostrárselo a su amigo Jerry Reilly, este, junto con su esposa, lo exhibieron en su casa con el nombre de ‘Lucy en el Campo con Flores’, animando a sus amigos a que buscaran otras obras similares.
En 1994 reunieron una colección que quisieron mostrar en una fiesta, momento de la apertura oficial del MOBA. En breve, su casa se quedó pequeña para alojar las obras que le iban llegando, debiendo buscar otros locales más grandes hasta llegar a su localización actual.
Esa primera obra encontrada en la basura sigue siendo a día de hoy la estrella del museo. En una ocasión, una enfermera de Boston, Susan Lawlor, reconoció en el cuadro a su abuela, Anna Lally Keane, y explicó que el cuadro fue un encargo de su madre y que durante años estuvo colgado en casa de su tía, muy a pesar de que no gustaba a ningún familiar.
El museo clasifica su legado en varias colecciones, como: retratos, paisaje, fuerzas invisibles, paisajes marítimos, naturaleza muerta, desnudos, gente azul, rasgos pobres, adquisiciones recientes y un apartado para la frustrada simbología.
Muchas de estas ‘obras de arte’ han sido calificadas como auténticas y sin compromisos. Simplemente, los artistas se atrevieron a plasmar un momento elegido imaginariamente; convirtiéndolo en algo tan valioso como el de cualquier artista de renombre.
‘Es un sitio de conservación, estudio y reflexión sobre el patrimonio y la cultura. Una institución permanente y sin fines de lucro; que está al servicio de la sociedad y de su desarrollo. Cualquier persona puede realizar estudios de esos materiales, que pertenecen a la historia y forman parte de la evolución de la sociedad humana y su entorno’, señala la Unesco.
Como cualquier otro ‘gran’ museo, el MOBA sufrió el robo de una de sus obras, concretamente la conocida como ‘Eileen’. El museo inicialmente ofreció 6,50 dólares por recuperarla, cifra que aumentó a 36,73 dólares por los donantes del museo.
Diez años después el presunto ladrón exigió un rescate de 5.000 dólares, sin embargo, se recuperó sin tener que pagar un dólar. Desde entonces el museo cuenta con una cámara de video en la que se advierte que simplemente es una cámara falsa.
La colección de ‘Arte Malo’ ha logrado reconocimiento de la UNESCO, y consagró muchas obras despreciadas. La colección de 650 piezas (que atrae en promedio 200 visitantes diarios) se ha convertido en objeto de estudios y el centro de la mirada de artistas y curiosos.
El boleto de entrada al MOBA es gratuito, ya que el museo se mantiene gracias a las aportaciones voluntarias. Los gastos se sostienen también con la compra de souvenirs: ningún visitante duda en llevarse una playera estampada con alguna ‘obra maestra’ del MOBA.