Esta gran depresión está situada en la frontera sur de Utah con Arizona, en los Estados Unidos.
Uno de los grandes enclaves paisajísticos que puede visitar en su viaje por la costa oeste de Estados Unidos es, sin duda, ‘Monument Valley’ (‘Valle de los Monumentos’). Situado justo en la frontera entre los estados de Arizona y Utah, tiene una extensión de 372.000 kilómetros cuadrados, y se encuentra algo alejado de las rutas más populares entre los turistas que recorren la zona interior de la costa oeste, como serían el ‘Gran Cañón’ y Las Vegas.
De entrada, debe saber que el ‘Monument Valley’, no está catalogado como un parque nacional de Estados Unidos, sino como ‘Parque Tribal de la Nación de los Indios Navajo’. Y es conocido por estos, como el ‘Valle de las Rocas’, pero no se trata de un valle, sino de una gran meseta que, además, se encuentra a una altura de 1.700 metros sobre el nivel del mar.
Aunque se encuentra en una zona muy árida, la temperatura no es demasiado elevada, ni siquiera durante el día en los meses del verano, pues no suele superar los 32 grados. De hecho, en pleno invierno, en el día, la temperatura puede que no supere los 5 grados, y en muchas ocasiones hasta nieva.
CÓMO SE FORMÓ EL ‘MONUMENT VALLEY’
En sus orígenes, hace unos 50 millones de años, en la zona, existía una gran meseta cruzada por el río Colorado. A lo largo de los tiempos, y por la erosión de las aguas, esta meseta se fue hundiendo de forma que, en la actualidad, lo que vemos son unos grandes pináculos montañosos, de hasta 300 metros de altura. Estas mesetas rocosas son las que conforman el paisaje que tanto impresiona por su grandiosidad, y las más famosas son las conocidas como ‘Mittens’ y ‘Merrick Butte’.
Situadas enfrente del mirador del centro de visitantes, son los iconos por los que el ‘Monument Valley’ es conocido en todo el mundo, gracias en gran medida, a las películas del Oeste. El paso de las nubes, y el juego de luces y sombras, configuran distintas escenas de gran belleza que se pueden contemplar desde el citado mirador.
Sin duda alguna, uno de los paisajes más bonitos de Estados Unidos, que no puede dejar de visitar.