El gresite es un material que cada vez se utiliza más en decoración debido a las muchas posibilidades estéticas y ventajas que presenta, ya que se trata de un revestimiento limpio, resistente, antideslizante, requiere un sencillo mantenimiento y ofrece un amplio abanico de posibilidades decorativas.
Su creación parte del vidrio, sometiéndose a un proceso de cocción a altas temperaturas, tiene como resultado un material que desafía con éxito al tiempo y a la erosión, mostrando una resistencia especial a las manchas y a los cambios bruscos de temperatura. Es por ello, que se ha convertido en un material ideal para ser utilizado en baños y cocinas, zonas que pueden verse afectadas tras un prolongado uso.
Hace tiempo, se limitaba su uso al forrado de piscinas por ser un excelente aislante, pero con el tiempo se ha ido recuperando y dando nuevos usos, innovando en sus diseños y formatos, con el fin de crear espacios atractivos, y siendo capaz de adaptarse a cualquier superficie.
Presenta un tamaño reducido, oscilando la anchura de sus lados entre los 2,5 y los 5 cm, aunque para mayor comodidad, a la hora de su colocación, se comercializa en planchas llamadas teselas, ya que fijar pieza a pieza es un proceso demasiado costoso y complicado.
De modo que en cada tesela se coloca el mismo número de piezas, creando unas baldosas que facilitan la aplicación.
Pueden colocarse en cualquier zona, tanto interior como exterior, vistiendo paredes, pavimentos, realizar composiciones de imágenes o diseños complejos y, además de esto, adaptarse a diferentes formas. Los soportes más adecuados suelen ser sobre enfoscados de cemento, hormigón o yeso proyectado, o sobre placas de pladur, garantizando una correcta adhesión.
Podemos encontrar multitud de diseños, colores o formatos, desde los más tradicionales con forma cuadra a otros más modenos e innovadores. La evolución de este material es más que evidente, ya que sus acabados juegan con las texturas y los efectos ópticos, pudiendo encontrarlos vidriosos o cerámicos, lisos o en relive, brillo o mate, adaptando nuestros espacios a un determinado estilo.
En cuanto a su composición puede estar realizado con piedra, cristal o con una combinación de cristal y resina, en función de esto se obtienen distintos diseños, y da lugar a composiciones originales con las que se consigue transmitir infinidad de efectos y dibujos, mediante una adecuada coordinación de aspectos y colores.
Por la reducida dimensión de las piezas, se convierte en un aliado perfecto en estancias pequeñas, ya que con su uso se consigue aumentar visualmente el espacio, conjuntos creativos de líneas limpias con las que generar mayor amplitud y desahogo, evitando modelos que recarguen los ambientes.
El cemento que se utilice puede ser del mismo color o similar al del gresite, consiguiendo un efecto discreto e integrando todo el conjunto, o bien optar por un tono que genere contraste y resalte las piezas, su elección dependerá de la zona que estemos revistiendo y del efecto que deseamos transmitir.
Como se comentaba al principio, no necesita de muchos cuidados, simplemente pasando un trapo y utlizando detergentes neutros, será más que suficiente para conservarlo intacto.