Los tiradores han sido siempre un elemento imprescindible. Han servido para abrir y cerrar puertas y cajones pero también han cumplido una función decorativa.

Conseguir espacios o armarios de almacenaje en una vivienda es imprescindible. Sabrás de antemano lo importante de poder tener la máxima cantidad de almacenaje, armarios, estanterías, baldas, lo que sea.

Sin embargo hay veces que no queremos darle tanta importancia, como la sala de estar, donde no nos gusta la idea de tener un armario protagonizando y decorando nuestro salón. Sin embargo igual y tienes una larga pared que sería perfecta para colocar o decorar con un gran armario. ¿Qué hacer en estos casos? ¿Cómo podemos hacer “desaparecer” un armario?

La solución es elegir un modelo totalmente liso, preferiblemente del color del resto de estancia o sobre todo, elegir tiradores ocultos o inexistentes evitando los decorativos.

Está claro que los tiradores, antiguamente un elemento tan preciado e importante en el mobiliario clásico, con la llegada del minimalismo han perdido importancia llegando incluso a su desaparición, al menos visualmente.

En este sentido hay modelos que son muy intuitivos, es decir, a pesar de que no se ve nada, se colocan ocultos en una zona en la que la mayoría de las personas intuitivamente tocamos para intentar abrir el mueble o armario y, casi como por casualidad, descubres cómo hacerlo gracias al tirador.

Cierre de click

Son aquellos que llevan un mecanismo con el cual al empujar levemente la puerta del armario, ésta se abre. Son la solución más práctica e invisible, pero hay dos consideraciones que debes tener en cuenta:

Son más delicados que otro tipo de cierres, por lo que si vas a darle un uso diario, es mejor que optes por otra opción si no tendrás que cambiar la cerradura del armario.

Si eliges un armario lacado o de madera con acabado brillante de colores claros ten en cuenta que cada vez que abras el armario se quedará la huella de los dedos en ellos. Si optas por un acabado mate y no lavable, el problema puede ser que se queden los dedos marcados para siempre.

Ranuras

Existe otra solución muy digna, oportuna y funcional, para que el tirador pase desapercibido. Se trata de dejarlo a vistas pero integrándolo con la estética del módulo para que parezca que no hay y que es una parte más de su estructura estética. Puede ser una forma, una pequeña línea o un ligero uñero que, aunque parece que está allí para acentuar su estética, también sirve para abrir fácilmente el armario, el mueble o lo que sea.