El hierro, como todo material que se expone a cambios de temperatura, humedad y polvillo, necesita de ciertos cuidados para perdurar su vida útil, y así evitar que se oxide o se levanten sus acabados de pintura.
El mueble de hierro forjado es una opción extremadamente durable tanto para ambientes interiores como exteriores. Verjas, mesas, sillas, candelabros, estanterías; el hierro forjado adopta un sinfín de formas en mobiliario.
El mobiliario de hierro se caracteriza por su estabilidad y resistencia al paso del tiempo. Sin embargo, esta durabilidad no siempre garantiza un buen aspecto. La oxidación es uno de los principales enemigos de éstos muebles, que deben protegerse con una capa de pintura o barniz antioxidante. Otra opción es realizar un mantenimiento periódico con una cera especial, ya que éste producto también combate la corrosión y evita los efectos de agentes externos sobre el mobiliario.
Además, algunas piezas se combinan con otros materiales como la tela o la madera, por lo que es importante cuidar cada una de las partes del mueble para que mantenga un buen estado general.
Si bien se puede limpiar y mantener con facilidad, este tipo de mueble puede sufrir daños a causa de los agentes de limpieza abrasivos. Utiliza agua y un lavavajillas suave para realizar una limpieza profunda, o solamente un paño húmedo para realizar una limpieza suave.
Otra buena opción para limpiar los muebles de hierro es utilizar una solución preparada con nafta y aceite de cocina, aplicando con pincel sobre las áreas que contienen óxido y dejar actuar al menos una hora. Luego retirar la solución aplicada con papel absorbente.
Si los muebles tienen tornillos o cualquier otro elemento que puedas retirar, ponlos en un recipiente con un refresco de cola y deja que actúe durante 24 horas, para después secarlos totalmente antes de volver a colocarlos. La cola hace que los tornillos se ablanden, pierdan la suciedad y tengan una mayor resistencia. Haz esto al menos una vez al año para que no acumulen demasiada suciedad u óxido.