La arquitectura es una reconfiguración de la naturaleza. En Casa Chaaltun, esta conformación se busca a través de evocaciones del rico contexto natural y cultural de la Península Yucateca.
Casa Chaaltun se dividió en tres zonas: privada, social y de servicio. Así, la volumetría corresponde a esta clasificación. Hay cuatro volúmenes tejidos por un eje longitudinal que es la espina dorsal del proyecto. Dos de ellos son sólidos y se ubican al sur y poniente, resolviendo la privacidad del programa y la incidencia solar. Los otros dos volúmenes son permeables y flotan en un segundo nivel, generando una doble altura para el espacio en planta baja, que se abre hacia el noreste.
La tipología de los volúmenes está caracterizada por el tratamiento de sus fachadas. Los sólidos se constituyen con una serie de muros a diferentes paños, que permiten tener iluminación sin ganancia térmica, y al mismo tiempo ventilación cruzada en todos los espacios.
La fachada pétrea fue en sí misma un reto de diseño, cuya solución imprime carácter e identidad a la casa: un sistema de cuatrocientas ochenta y seis piezas verticales, cada una con dos placas de mármol, sujetas por un alma de acero.
Su iluminación está inspirada en el claro de luna, pues se pensó como una gran superficie de luz indirecta; cada pieza ilumina a la adyacente, rebotando su luz sobre el mármol.
La solución volumétrica está acompañada por una serie de vacíos: cuatro espacios hacia donde se abren y amplían los interiores. Además de tener un papel funcional, éstos son lugares donde los referentes naturales y culturales del espacio se expresan, generando la identidad local de Casa Chaaltun.
La alberca de Casa Chaaltun, evoca la sensación de un cenote al estar rodeada de arquitectura pétrea y recubierta en el fondo de un granito que resalta los azules y verdes profundos en el agua. A su vez, los álamos del terreno indican la presencia de un cenote, pues en su estado natural éstos son su antesala; por esta razón, uno de ellos se planta en medio de una gran contención de piedra, siendo el patio de acceso a la casa.
Es común del paisaje yucateco observar muros y piedras que se oxidan, creando un color rojo intenso; uno de los patios se diseñó de manera que aludiera a este color, mediante sus muros de concreto entintado, acompañados por un chaká.
Otro árbol endémico de la región presente en el terreno es el jabín, peculiar porque cambia de color según la estación. Alrededor de éste árbol se diseñó el vestíbulo de la recámara principal y una terraza cubierta en planta alta, que disfruta de su fronda.
Estas distintas reinterpretaciones de los referentes naturales se concretaron en cada espacio, pensando en un lenguaje común, en el bienestar de los habitantes y en diferentes grados y tipos de apertura. Así, Casa Chaaltun, es la concatenación de umbrales que rematan en una visual extendida.