Una casa con una arquitectura minimalista y un paisaje tropical en la costa del Pacífico de México.
El sitio está ubicado en un desarrollo en Punta de Mita, Nayarit. Un espacio neutral que permitía acentos de color y texturas. La idea era mantener la serenidad de su entorno, replicar el azul del mar y la vegetación.
Diseñaron los espacios como el lienzo de una pintura que genera contrastes de luces y sombras y se enfocaron en muebles con líneas simples.
Las cortinas de texturas naúticas y los techos con paneles de madera de fresno contrastan con el piso, para agregar sensualidad y un ambiente relajado.
Con estos elementos, concentraron el color y el drama en la iluminación decorativa, como en la sala y el comedor. En otros espacios, se utilizaron texturas naturales en los papeles pintados, para combinarlos con acabados de madera, que van desde los blanqueados, hasta los quemados.
En una residencia con 10 habitaciones, buscaron tener una diferencia en su carácter, jugando con los muebles, la iluminación y los accesorios.
Hicieron lo mismo en las áreas públicas; por eso el spa, el gimnasio, la bodega, el cine en casa, la sala de juegos, la bolera o el golf virtual; eran diferentes, pero con el mismo espíritu.