Este municipio alemán es más conocido por su escenificación de la pasión de Cristo realizada cada diez años.

Oberammergau es un municipio del distrito de Garmisch-Partenkirchen en el estado federado de Baviera, Alemania. Está localizado en el valle del río Ammer.

En el año 1633, durante una fuerte epidemia de peste, los habitantes del pueblo juraron llevar a cabo una escenificación periódica de la pasión de Cristo si eran protegidos de la enfermedad. Este hecho fue el origen de la hoy mundialmente famosa tradición, que se realizó por primera vez en 1634. La escenificación se realiza cada diez años, con la participación de hasta 2000 habitantes del pueblo. La próxima está planeada para el año 2020.

Este fantástico pueblo alemán es una auténtica obra de arte. Cada una de las fachadas de las casas y los comercios lleva pintado a mano obras artísticas de diferentes autores.  Los frescos son conocidos con el nombre alemán de “Lüftlmalerei” y también suelen encontrarse en otros puntos de la alta Baviera. Las Lüftlmalerei fueron obra del pintor Franz Seraph Zwinck.

Los mejores ejemplos de los frescos de Oberammergau son los siguientes:

Pilatushaus o Casa de Pilatos. Probablemente posee los frescos más destacados y más impresionantes de Oberammergau esta casona del Siglo XVIII cuya fachada es el Palacio de Poncio Pilatos. La escena es de tal profundidad que parece ser una imagen en tres dimensiones.

La Casa de Caperucita roja. No sólo de motivos religiosos vive el arte al aire libre de Oberammergau. En este caso el autor que pintó esta casa se dirigió a un público más infantil para contar un cuento, el de Caperucita roja. Desde que sale al bosque con su cesta, hasta que el lobo es abatido por el cazador. Toda la historia en imágenes que recorre cada lado de la fachada de una de las casas más bonitas que hay en el pueblo.

La Casa de Hansel y Gretel. Otro cuento, pero de muchas más hojas. O en este caso, de muchas más paredes. Las que se requirieron para retratar el secuestro de dos hermanos por parte de una bruja malvada que se los quería comer y que para ello recurre a rebuscadas argucias. Cada ventana cuenta con un dibujo encima y debajo, como si fuera un cómic en piedra.

Son varias decenas de casas las que conforman una interesante colección de pinturas al aire libre en las que el visitante se convierte en el más avezado lector de cuadros de un museo realmente único.

Aunque no es lo único de Oberammergau, ya que la Iglesia de San Pedro y San Pablo, coronada por una característica cúpula de cebolla, muy recurrente en estas tierras, es otra sorpresa de estilo rococó. Y en el exterior de la misma, un cementerio en el que las estatuas de las tumbas son también verdaderas obras de arte.

El pueblo tiene también una larga tradición en el tallado de madera, las calles cuentan con muchísimos talleres que venden diferentes piezas hechas en esta técnica. 

Por el pueblo se encontrarán muchos talleres que venden imágenes religiosas, relojes, juguetes y piezas graciosas en este noble material y, seguramente, sorprenderán al ver el detalle y la minuciosidad con que están hechos. Los típicos sombreros bávaros son otra pieza tradicional que se puede conseguir aquí.

Por lo pintoresca, tranquila y por sus fachadas tan singulares no es raro que sea el turismo la principal actividad económica del pueblo. Además, muchos viajeros aprovechan la visita a lugares cercanos como Linderhof y el monasterio de Ettal antes de pasar por Oberammergau.