Las frases mexicanas son muchísimas y existe una para cada ocasión, además que destacan por el ingenio con que fueron elaboradas y por su pasado histórico.
Nuestra abuelita las decía, nuestros papás nos las enseñaron y nosotras todavía las usamos pero, ¿se ha preguntado de dónde salieron frases como ‘Me hace lo que el viento a Juárez’ o ‘Ya chupó faros’? Aquí le mostramos el origen de algunas de las frases más populares que la mayoría de los mexicanos decimos.
¡Ya nos cayó el chahuistle!
El significado de chahuistle es ‘enfermedad del maíz’. No se sabe exactamente si se empleó antes del periodo colonial o durante este. Sin embargo, se empleaba para señalar que el maíz había sido invadido por una plaga y que se había estropeado. Por lo tanto, podemos deducir que cuando usamos la expresión ‘¡ya nos cayó el chauistle!’, hacemos referencia a que un evento o compañía desagradable nos tomó por sorpresa.
¡A Chuchita la bolsearon!
Se dice que esta frase data del periodo colonial. Todo comenzó con una trabajadora doméstica a la que le decían de cariño ‘Chuchita’.
A esta mujer se le asignó ir por el ‘mandado’. Sin embargo, después de un tiempo, Chuchita regresaba con menos mercancía y cambio que las veces pasadas. Cuando el patrón le preguntaba qué había pasado, Chuchita decía que la habían bolseado. Después de que el suceso se repitiera incontables veces, el patrón dijo ‘Y ahora qué pasó, no me digas que a Chuchita la bolsearon’.
¡Aguas!
Esta expresión se usa como advertencia y proviene de La Colonia. Durante esa época, no había drenaje ni existían los baños. Por lo tanto, las personas utilizaban bacinicas. Cuando estas se llenaban, la gente simplemente gritaba ¡aguas! Y las tiraba por la ventana.
‘El que quiera azul celeste que le cueste’
Esta frase que se refiere a que hay que trabajar muy duro por algo que se desea. Se cree que su origen se debe al arte, pues para que los pintores obtuvieran un azul claro o celeste para sus pinturas tenían que obtenerla de una piedra preciosa: el lapislázuli, así que quien quería celeste en sus obras de arte, debía pagar mucho para tenerlo.
‘Ya chupó faros’
Su origen proviene de la Revolución Mexicana, tiempo en el que los fusilamientos eran muy comunes. A las personas que iban a matar generalmente les concedían un último deseo, y el de muchos era fumar un cigarro. En esas épocas los Faros eran los más comúnes, así que casi todos morían ‘chupando Faros’.
‘Me hace lo que el viento a Juárez’
La usamos para decir que algo nos tiene sin cuidado. Existen 2 hipótesis sobre su origen. La primera hace referencia a la infancia de Benito Juárez que siempre salía a pescar junto con sus amigos, pero un día, el viento los sorprendió y los niños asustados, se lanzaron al agua y llegaron a la orilla. Benito permaneció en la barca y nada le pasó. La anécdota se expandió por el pueblo de Guelatao.
La segunda teoría indica que tras la muerte de Juárez, en uno de los murales que se hizo en su honor, Benito aparecía muy bien vestido y peinado, pero en el fondo se veía una bandera que ondeaba con gran fuerza, como si un fuerte viento la estuviera moviendo.
Ante la incongruencia del cuadro, se expandió la idea de que ni el viento podía despeinar a Benito.
‘Chiflando y aplaudiendo’
Su origen se lo debemos a los tinacales sin tejas y detenido solo por palos, en donde los tlachiqueros (personas que recibían el agua miel), tenían que menearlo de manera rápida para que se fermentara. Así nació el pulque.
Los tlachiqueros tenían que chiflar mientras hacían esta labor por órdenes del patrón, pues si no lo hacían, los empleados se verían tentados a probar un trago.
De ahí que las suegras acuñaran esta frase de ‘chiflando y aplaudiendo’, para que sus yernos mantuvieran las manos ocupadas y así no se propasaran con sus novias.
‘Le voy a leer la cartilla’
Usada para regañar a alguien y amenazarlo si es que no cumple con sus promesas. Las cartillas eran unos libritos que contenían las normas básicas del funcionamiento de un oficio, así que se cree que esta frase tiene sus orígenes en los campos militares.
En el siglo XIX los militares tenían cartillas con normas básicas por lo que al leer los librillos entendían que debían acatar las normas y ser disciplinados o se atendrían a las consecuencias.
‘La tercera es la vencida’
Existen 3 hipótesis sobre el origen de esta expresión: la primera, que tras el tercer robo cometido por una persona se le aplicaba la pena de muerte.
También puede venir de que la lucha de cuerpo a cuerpo consistía en 3 caídas. La última hipótesis asegura que la expresión se la debemos a los romanos, pues en la primera fila del ejército estaban los hombres menos preparados, en la segunda los intermedios y en la última los más veteranos y valientes.
¡Sepa la bola!
Esta frase surgió durante el periodo de la Revolución Mexicana. En ese entonces, tanto hombres como mujeres, niños y ancianos, tenían en común el hartazgo por el Porfiriato. Debido a esto, muchas veces formaron grupos numerosos que hacían destrozos.
Una vez que las autoridades preguntaban a la gente quiénes habían cometido tales actos, nadie señalaba culpables particulares. Solo decían ‘fue la bola’, refiriéndose al grupo en general. Con el paso del tiempo, esta frase se instauró en el colectivo. Actualmente la usamos cuando nos preguntan por el autor de algún hecho o destrozo y solo decimos ‘sepa la bola’.
¡A darle que es mole de olla!
Esta popular expresión se usa por alguien que tiene la intención de animar o dar la señal de que hay que empezar una tarea importante, aprovechar una oportunidad o mandatener la actitud positiva mientras se realiza la actividad. Puede sustituirse por ‘Vamos a poner manos a la obra’.
Más que origen hablemos del significado literal, el mole de olla es un delicioso caldo mexicano que se prepara con carne de res, verduras, elote sazonado con chile ancho y chile pasilla. Este platillo típico es tan rico que vale la pena cualquier trabajo que pueda requerir su preparación, así que… ¡A darle que es mole de olla!
¡Le das vuelo a la hilacha!
Tal vez esta frase la ha escuchado mucho decir principalmente por personas mayores, y la usan para decirle a alguien que andaba de fiesta en fiesta, siempre en busca de diversión o se tomaba demasiadas libertades al punto de llegar al libertinaje. La expresión equivalente podría ser ‘eres un libertino’.
La historia de esta expresión es más inocente de lo que la mayoría piensa. En época de nuestros abuelos, hilacha se le decía al hilo que sostiene el papalote y cuando buscaban darle más altura al papalote, le soltaban la hilacha un poco más, le daban vuelo a la hilacha para que el papalote subiera lo más posible. Una teoría similar hace referencia a que la hilacha en realidad es la cola del papalote, ya que a los papalotes se les ponía retazos largos de tela que se ‘deshilachaban’ con la intención de darle equilibrio con el contrapeso, además de que le ayuda a tener un ascenso constante.
A continuación, estas son algunas frases populares sobre el dinero, que seguro identificará y se sorprenderá su origen.
¿Por qué se dice Bolo padrino?
Los bolos en los bautizos, es dinero que avientan los padrinos, para que los asistentes lo recojan. El origen del ‘bolo’ es ‘óbolo’, que era una moneda de poco valor de hace mucho tiempo. La tradición fue una herencia del Virreinato, porque porque los padrinos daban medios reales a manera de bolo.
¿Por qué se dice Águila o sol?
La clásica frase que se dice en los volados, y con lo cual, dejamos a la suerte, algunas decisiones. Águila o sol, refiere a los dos lados de la moneda. La expresión proviene de las monedas de plata del siglo XIX, que por un lado tenían el Escudo Nacional (un águila), y del otro lado, un gorro frisio con resplandores solares (que se tomaba como el sol).
¿Por qué se dice No se pase de la raya o No se vale pisar raya?
El juego de la rayuela se trata de arrojar monedas a una línea dibujada en el piso. La persona que gana, es aquella que su moneda queda más cerca de la línea sin tocarla y mucho menos rebasarla. El tiro se hace desde otra línea, que es el límite para aventar la moneda y que está a una distancia que hace más difícil aventar la moneda.
¿Por qué se dice Me da mi pilón?
El pilón era un pan de azúcar cuyo costo era un tlaco o 1/16 de real, del Virreinato. Se obsequiaba un pilón, cuando en las tiendas algún cliente compraba más de medio real. Esto derivó en la costumbre de pedir o dar pilón, después de comprar algo en tiendas y puestos.