El día de la Candelaria es festejado cada 2 de febrero; después, quienes encontraron al niño en la rosca invitan los tamales, pero, ¿Conoces el origen del día de la Candelaria?
El día de la Candelaria se festeja exactamente 40 días después de Navidad -es decir, el 2 de febrero- y es debido a que, en ese día, la Virgen se purificó después del nacimiento del niño Dios y llevó candelas a la Iglesia para que estas fueran bendecidas. Este era el festejo original, sin embargo, en la época del Virreinato llegó a México y el día de la Candelaria coincidió con la temporada de siembra que iniciaba el 2 de febrero y se festejaba con exquisitos tamales como platillo principal.
De acuerdo con la antropóloga Katia Perdigón, el 2 de febrero -día de la Candelaria- la Virgen solía ser la protagonista del festejo, pues era cuando se cumplían exactamente 40 días después de Navidad, por lo que la Virgen acudió a la Iglesia para ser purificada y dar gracias a Dios por la llegada de Jesús a la Tierra.
Desde entonces, se quedó como costumbre acudir a la iglesia cada 2 de febrero, para agradecer que el niño Dios trajera luz a los corazones de la humanidad.
Por otra parte, según Arturo Cardoso, sociólogo e historiador de la FES ACATLÁN, el festejo del día de la Candelaria en México es un sincretismo entre la cultura prehispánica y católica que se ha modificado con el paso del tiempo.
Y es que, como vimos, hace mucho tiempo en el día de la Candelaria principalmente se celebraba la purificación de la Virgen, pero a partir de la primera década del siglo XX la celebración del niño Dios tomó muchísima fuerza en México igual que la idea de colocarle distintos atuendos.
En cuanto a la influencia prehispánica Arturo Cardoso señaló que el día en el que la Virgen fue purificada y dio gracias en la iglesia, los mexicas celebraban el principio del Atlcahualo -inicio de temporada de siembras. En esta fiesta se llevaba a bendecir el maíz que luego se sembraría como tributo a los dioses Tláloc y Chachitlicuetl con el fin de obtener buenas cosechas.
Por lo anterior, en la época del virreinato y con la evangelización de los pueblos indígenas, hubo un sincretismo entre estas tradiciones y en México se volvió costumbre -en lugar de bendecir el maíz- comer tamales -como si celebráramos a Tláloc y a Chachitlicuetl- justo cuando se cumplen 40 días después del nacimiento del niño Dios.