En París se ha disminuido la posesión de autos entre sus habitantes; solamente el 35% de las casas, tiene al menos un auto.

La ciudad de París, y toda el área metropolitana, prohibió desde el verano pasado, la circulación de los vehículos más contaminantes por sus carreteras. Los miembros del Consejo de la región adoptaron una propuesta, según la cual, la capital francesa y sus alrededores serán ‘una zona de bajas emisiones’.

Es por eso que París tiene en estos momentos, el menor número de automóviles en la historia reciente.

De acuerdo con el último reporte, que va desde 1999 al 2016, los hogares de la capital de Francia que cuentan con uno o más automóviles, han pasado del 44 al 35%. Esto se debe a varios factores, principalmente que desde 2014, las autoridades han trabajado para tener una adaptación climática con proyectos como la construcción de 320 kilómetros de ciclovías, el cierre de calles a la circulación vehicular y, claro, penalizar el uso excesivo del automóvil.

Las cifras, pese a todo, son muy focalizadas, ya que, a mayor distancia del centro de la ciudad, aumenta; por ejemplo, en los distritos circundantes a París, cerca de 65% de los hogares tienen un auto o más, mientras que, para poblados más lejanos, la cifra alcanza el 83%. La media en todo el país, es de 80%.

La medida se aplicó en 79 comunas de la región parisina en la que residen 5.61 millones de habitantes, y que circunda la autopista A86. La decisión afecta fundamentalmente a vehículos antiguos que son los que más contaminan, junto a camiones de pasajeros y de mercancías, clasificados con la denominación ‘Crit’Air 5’ de Francia, por su alta emisión de dióxido de carbono (CO₂).

En París, ya existen restricciones a los vehículos más contaminantes, como los diesel, desde el año pasado. Se ha marcado como objetivo que el ciento por ciento de los vehículos que circulan por las calles de su región, sean limpios, eléctricos o de hidrógeno, en el año 2030. Otras 15 ciudades francesas, además de la capital, se comprometieron a reforzar o crear sus ‘zonas de bajas emisiones’ contaminantes a partir del año 2020, para cumplir con los criterios de calidad del aire de la Unión Europea (UE).

A pesar de estos grandes cambios en los hábitos de movilidad de los parisinos, la calidad del aire sigue siendo un problema que afecta a la ciudad. Esto se debe principalmente a los subsidios por parte del gobierno al diésel, y las condiciones climáticas de París, pues no circula demasiado el aire para ayudar a llevarse la contaminación.

Para combatir la primera causa, el gobierno local, ya planea prohibir los autos que utilicen este hidrocarburo.