Esta reserva natural se sitúa en Alaska. Se encuentra el Monte McKinley, el más alto de América del Norte.
El parque se creó en febrero de 1917, tras la insistencia de la gente de la región en proteger la zona, y décadas más tarde, en los años ’70, se clasificó también como Reserva de la Biosfera Internacional.
El parque ocupa unos 24.500 km² y sus tierras incluyen: rocas, glaciares, tundra, bosques y nieve.
Cada año llegan unos 400 mil visitantes a disfrutar de sus paisajes y vida salvaje pues es un sitio para gozar de todo tipo de actividades al aire libre.
La reserva es también el hogar de 37 especies de mamíferos, que van desde linces, marmotas, ovejas de Dall, a zorros y liebres; mientras que 130 especies diferentes de aves han sido vistas aquí, incluyendo la impresionante águila real.
Debido a sus diferentes altitudes, el parque presenta varias zonas vegetales.
La mayor parte del parque está compuesta por tundra. Los árboles más frecuentes son las piceas y los sauces, que debido a las condiciones minerales del lugar no suelen desarrollarse plenamente. Se encuentran 450 especies de flores, que se pueden apreciar principalmente en verano, como: la vara de oro, el epilobio, el lupín, la scilla o la genciana.
El mejor momento para visitar el parque, es pasado el invierno, ya que este suele ser extenso y duro.
En la primavera, regresan los pájaros que se han ido debido al frío, y toda la zona cobra vida de nuevo, cuando los animales despiertan de la inervación, o salen de sus madrigueras.
Algunos de los deportes de aventura que se pueden realizar son: el alpinismo la acampada, el senderismo, el esquí, travesías con raquetas de nieve, etc. y visitar el parque subidos en el bus turístico.