La superficie terrícola refleja medio vatio menos de luz por metro cuadrado, desde el año 2001. Responsabilizan al cambio climático.
El calentamiento de las aguas oceánicas ha provocado un descenso del brillo de la Tierra, pues son menos las nubes brillantes que reflejan la luz solar hacia el espacio y se atrapa aún más energía en el sistema climático de nuestro planeta, indica un estudio en ‘AGU Geophysical Research Letters’.
El equipo descubrió que la Tierra refleja ahora alrededor de medio vatio menos de luz por metro cuadrado (m²) que hace 20 años, en el 2001. Eso equivale a una disminución del 0.5% de la reflectancia de la Tierra, la cual refleja alrededor del 30% de la luz solar que la ilumina, y la mayor parte de ese descenso se ha producido en los últimos tres años de datos sobre la luz terrestre.
Los investigadores utilizaron décadas de mediciones de la luz terrestre -la luz reflejada por la Tierra que ilumina la superficie de la Luna- así como mediciones por satélite. Los datos arrojaron un descenso ‘significativo’ del albedo (la reflexión de la luz solar sobre la Tierra) del planeta en las últimas dos décadas, indicó el Instituto Tecnológico de Nueva Jersey (Estados Unidos), que encabezó la investigación. ‘La caída del albedo nos sorprendió mucho cuando analizamos los últimos tres años de datos, después de 17 años de albedo casi plano’, explicó Philip Goode, autor principal del estudio.
La luz solar neta que llega a la Tierra se ve afectada por dos factores: el brillo del Sol y la reflectividad del planeta.
Los cambios observados en el albedo no se relacionan con los cambios periódicos en el brillo del Sol, lo que significa que las variaciones en la reflectividad de la Tierra son causadas por algo en nuestro planeta. El estudio indica que, en los últimos años, se ha producido una reducción de las nubes bajas brillantes y reflectantes sobre el Océano Pacífico oriental, según mediciones por satélite realizadas para el proyecto ‘Ceres’ de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA).
Esa es la misma zona, frente a las costas occidentales de América del Norte y del Sur, en la que se han registrado aumentos de las temperaturas de la superficie del mar, debido a la inversión de una condición climática llamada Oscilación Decadal del Pacífico, con probables conexiones con el cambio climático global.
Que la Tierra se oscurezca también implica que existe una importante energía solar adicional que está en la atmósfera y los océanos, la cual puede contribuir al calentamiento global.
El científico planetario de la Universidad de California, Edward Schwieterman, considera que es bastante preocupante y recordó que, durante algún tiempo, muchos expertos habían esperado que una Tierra más cálida podría dar lugar a más nubes y a un mayor albedo.
Ese incremento del albedo ayudaría a moderar el calentamiento y a equilibrar el sistema climático, pero esto demuestra lo contrario.