Los fenómenos meteorológicos afectan a nuestro organismo y pueden provocar o intensificar problemas de salud, como la cefalea o la migraña, en personas susceptibles.
Se estima que alrededor del 30% de la población tiene una mayor sensibilidad a los fenómenos meteorológicos, y sería, por tanto, más susceptible a experimentar síntomas físicos asociados a las alteraciones del clima en su entorno.
Algunas personas que padecen cefalea o migraña, con regularidad han señalado el clima como un desencadenante de los ataques, y a veces especifican las causas y describen cambios más concretos en la temperatura, la humedad, la luz del sol, la velocidad del viento o el punto de rocío.
Por qué los cambios de tiempo causan dolor de cabeza
Más de un 85% de la población en México, ha sufrido en alguna ocasión algún episodio de cefalea primaria (en la que el dolor de cabeza es el único o principal síntoma). La mitad de la población lo ha padecido en el último año, y un 5% sufre cefalea crónica, es decir, 15 días o más al mes, según los especialistas.
Esto significa que es un problema de salud muy frecuente en nuestro país, con independencia del motivo por el que aparezca. Hay numerosas causas de cefalea, incluso aunque no seamos especialmente propensos a esta dolencia, pero los fenómenos climatológicos asociados al dolor de cabeza son:
Descenso brusco de la presión atmosférica o barométrica. Cuando disminuye la presión barométrica, se produce una diferencia entre la presión del aire ambiental y el aire en los senos paranasales, algo que también sucede cuando viajamos en un avión y la presión varía a medida que el aparato gana altura durante el despegue, que es cuando solemos notar una especie de chasquido en los oídos, que a veces es doloroso. Las migrañas asociadas a los cambios de presión barométrica, se atribuyen a la activación de las fibras del nervio trigémino.
Un estudio publicado en 2015, en el que se analizaron los efectos de la presión barométrica en pacientes con migraña crónica, mostró que incluso ligeras disminuciones de la presión barométrica actuaban como un desencadenante de la migraña. Los síntomas que se asocian al dolor de cabeza por esta causa son: dolor en las sienes, náuseas o vómitos, entumecimiento en cara y cuello y sensibilidad a la luz.
Tormenta eléctrica. El aire frío y el aire caliente colisionan y dan lugar a una intensa diferencia en la presión barométrica que da lugar al viento y la lluvia, y que puede inducir el dolor de cabeza, de tipo tensional, sinusal, o que presente síntomas de migraña.
Cambios bruscos de temperatura. Como los que afectan al cuerpo cuando pasamos de un ambiente muy frío a uno muy caluroso, o viceversa; algo frecuente en invierno cuando entramos a un local o vivienda con la calefacción muy alta después de haber permanecido en el exterior a bajas temperaturas, y en verano cuando, por el contrario, pasamos de una estancia excesivamente refrigerada al calor del exterior. El exceso de luz, solar o artificial, también puede provocar dolor de cabeza.
Cómo prevenir y aliviar el dolor de cabeza asociado a cambios climáticos
No podemos influir sobre el clima ni los fenómenos meteorológicos, pero sí evitar al menos otras posibles causas del dolor de cabeza o que aumenten su intensidad; por ello, si sabemos que somos susceptibles a sufrir cefalea cuando viajamos en avión o ascendemos a una montaña o un lugar elevado (mal de altura), debemos reducir el consumo de cafeína, dormir bien, y controlar el estrés y otros factores ambientales como olores y sonidos fuertes.
Hay medicamentos que se pueden tomar para prevenir el dolor de cabeza que se produce cuando nos encontramos a gran altura, como la acetazolamida, aunque siempre se debe consultar al médico para que sea el especialista quien determine la conveniencia de prescribirlo en cada caso.
Existen tratamientos de la migraña que no solo alivian los síntomas cuando se produce un episodio, sino que también se utilizan para prevenir los ataques, en el caso de los pacientes con migraña crónica. Para combatir los ataques graves, se suelen emplear triptanes, que son un grupo de fármacos que se emplean en el tratamiento del ataque agudo de migraña.
Consejos para calmar el dolor
Masajear la cabeza: Un buen masaje en la cabeza es una solución sencilla, pero eficaz. Se debe presionar sobre las sienes, las cejas y los senos paranasales. Poco a poco y de manera circular debemos apretar alternando entre poca y mucha presión.
A esta técnica se le conoce como digitopuntura.
Utilizar aceites: Otra forma de reducir el dolor es la de aplicar aceites esenciales en las zonas adoloridas. Se recomienda que al emplear aceites puros, primero se aclaren un poco en agua.
Aplicar hielo: Seguramente sea el método más conocido por muchos/as y realmente funciona. Si se aplica con cuidado y siguiendo un buen método puede asegurar una sensación de relajación. Es recomendable envolver un cubito de hielo en una toalla, para evitar que toque la piel directamente, y aplicar en la zona de la cabeza que nos duele.
Hacer ejercicio: Parece que es el remedio para todo, pero en realidad ser una persona activa y realizar deporte habitualmente ayuda a disminuir el dolor provocado por las migrañas.
Medicación específica: Acudir a un especialista para que nos recete la medicación que considere oportuna. Actualmente existen muchas pastillas comunes que rebajan la intensidad de las migrañas, por ejemplo, los ibuprofenos.
Cuándo preocuparse por un dolor de cabeza
En general, un dolor de cabeza desencadenado por un cambio de tiempo no debe ser motivo de preocupación y normalmente desaparece con un analgésico suave y descanso, pero hay que consultar con un médico si va acompañado de estos otros síntomas:
•El dolor de cabeza se produce de forma repentina y se intensifica en muy poco tiempo (segundos o minutos).
•El afectado tiene fiebre o rigidez en el cuello, parálisis facial, dolor en los ojos, dificultades para hablar, o sufre convulsiones o desmayos, ya que podrían ser síntomas de un accidente cerebrovascular.
•Presenta somnolencia, confusión o agotamiento y se encuentra en altura, porque podría significar que tiene un edema cerebral (líquido en el cerebro).
•La dificultad para respirar en altitudes elevadas puede indicar que hay un exceso de líquido en los pulmones (edema pulmonar).