Cuando se trata de poner a la venta una vivienda, se tiende a establecer su precio basándose en el valor emocional que se le tiene. No obstante, esto sesga su costo real en el mercado.
Al fijar una cantidad de venta de este modo se ponen en riesgo puntos como expectativas de compraventa, prospectos, margen de negociación, tiempo de espera, entre otros.
Para evitarlo, las propiedades deben ofertarse tomando en cuenta una comparación precisa de su valor; esto se logra poniendo atención en la tendencia respecto a la ubicación de la plaza, es decir, los alrededores a diferentes escalas como: alcaldía o municipio, colonia y zonas residenciales.
Un avalúo es un documento que estima el valor de una propiedad según sus características. Este análisis es efectuado por valuadores profesionales, quienes dan legalidad al informe.
Es importante entender que los avalúos son un aproximado del valor final de la propiedad y deben tomarse como un parámetro, ya que, si bien responden a la metodología de la industria, también deben integrarse en enfoques arquitectónicos y de edificación.
Un avalúo puede ser una nueva cotización de referencia que facilite el proceso de compraventa. Con esto, se evita asignar a la casa un precio sentimental que esté por arriba del valor real y dificulte su venta rápida.
Con un precio adecuado, la venta del inmueble puede lograrse en un lapso menor. Es importante considerar que todas las plazas atraviesan por ciclos que impactan individualmente a cada propiedad, por lo que el tiempo en el mercado puede variar. A partir de ello, el precio de venta se establece como un equivalente a un monto justo y la transacción podría concretarse en un tiempo razonable.
Tener en cuenta estas recomendaciones, ayudará a evitar un precio sentimental que dispare el valor de tu propiedad. Además, se obtendrá un precio justo que evite pérdidas financieras.