¿Por qué contratar a un interiorista?
Por su experiencia. Cuando nos enfrentamos a una remodelación no somos conscientes de todos los agentes que intervienen, de las decisiones que habrá que tomar, del dinero que vamos a gastar y, definitivamente, de todo el tiempo que vamos a tener que invertir.
Un profesional podrá asesorarnos, ayudarnos y darnos una respuesta a la medida a todas las cuestiones. En definitiva, facilitarnos el proceso y llevar con la mayor naturalidad posible el enorme reto de hacer una reforma.
¿Terminarán los gustos del interiorista imponiéndose a los míos?
En una de las primeras etapas, el profesional tiene que conocer al cliente: sus gustos, su forma de vivir, cuánta gente va a estar en la casa, horarios, etc. La distribución, los colores y los muebles elegidos serán fruto de estas conversaciones. El interiorista no puede hacer una reforma pensando en lo que él o ella pondría en su casa perfecta, ni tampoco según las tendencias del mercado.
¿Cómo va a ayudarme el interiorista a lo largo de la reforma?
Un buen profesional asesora sobre temas técnicos, pero también a la hora de elegir los materiales. Además, como experto en el sector será la persona que esté en contacto directo con otros profesionales con los que tratemos durante toda la reforma. Por último, se encargará de llevar la dirección de obra y conseguir hacer realidad todo lo expresado en los bocetos.
¿Sabrá el interiorista adaptarse a mi presupuesto?
Sí, sabrá ajustarse a él. Controlará que el constructor se ajuste a los presupuestado en la fase de diseño. Está claro que el dinero que se va a gastar el cliente es una decisión suya, al menos la decisión final. Lo que sí es recomendable es saber desde el primer momento cuál es el presupuesto global de la reforma, desde los honorarios del interiorista o gasto en materiales, hasta cuánto va a ser la mano de obra o cuánto va a costar el mobiliario.
Cómo se presupuesta una reforma?
No hay una fórmula. Cada proyecto es diferente. Lo mejor es cerrar el precio de todo lo que en principio se va a realizar. Si en el transcurso de las obras hay algo que se decide quitar, aumentar o hacer nuevo, se presupuesta, suma o resta del presupuesto. Hay que tener en cuenta también que pueden aparecer imprevistos que supongan un incremento del coste final.