Consumir productos ecológicos es una forma de concientizar a tus amigos y familiares de la importancia de que todos participemos en la conservación del planeta.
En realidad, casi cualquier producto que se te ocurra puede ser ecológico. Un primer consejo general para elegir un producto ecológico es fijarse en las etiquetas.
Muchos productos, como los electrónicos o los alimentos, muestran en sus etiquetas si están elaborados o fabricados con criterios ecológicos. Por ejemplo, hay que comprar dispositivos que cuenten con una alta eficiencia energética y gasten menos electricidad o alimentos que hayan sido cultivados de forma orgánica, que es tanto como decir, respetando el medio ambiente.
Por otra parte, hay muchos productos ecológicos como por ejemplo, ordenadores, tabletas, ratones, altavoces, bicicletas y móviles fabricados con madera en vez de plástico. Como verás cada vez se hacen más objetos con madera, en muchos casos, con madera de bambú. En particular, parece que algunos fabricantes de tecnología apuestan por este material ecológico y sostenible.
También es importante que los objetos sean reciclables y que se hayan fabricado con objetos reciclados. Que sigan el criterio de la cuna a la cuna, es decir, que no se conviertan nunca en residuo. Mención aparte se merecen las bicicletas.
Hay de todo tipo, tamaño y diseño, de madera, eléctricas y plegables, de cartón, sin cadena o una que genera energía renovable, pero, sobre todo hay que tener en cuenta que no sólo se adquiere un producto ecológico, se adquiere un modo de vida ecológico y respetuoso con el resto de las personas.