Poblados prácticamente deshabitados o con historias de apariciones sobrehumanas; pueblos con tradiciones encantadoras y bella arquitectura.
Mineral de Pozos, Guanajuato
Conocido como “pueblo fantasma”, esta localidad guanajuatense fue abandonada en dos ocasiones desde su fundación. Lo que llegó a ser un poblado con casi 70 mil habitantes, se convirtió en un sitio solitario luego de que sus minas dejaran de producir. En la actualidad, es un destino encantador y con un toque misterioso; sus calles están casi vacías y las ruinas de haciendas y minas en sus alrededores complemementan la desolada imagen. Sin embargo, Mineral de Pozos está renaciendo con la apertura de galerías de arte y hoteles boutique.
Real de Catorce, San Luis Potosí
En el estado de San Luis Potosí se encuentra este Pueblo Mágico de aire fantasmal. Anteriormente, fue uno de los centros mineros más importantes de la zona, pero cuando se agotaron las vetas, parte de la población abandonó la ciudad. Hoy, Real de Catorce destaca por sus parajes solitarios (que han sido escenarios de películas nacionales e internacionales), por la devoción a San Francisco y su santuario y por la venta de arte huichol.
Tlalpujahua, Michoacán
Este poblado michoacano es conocido por la calidad y variedad de sus esferas de vidrio soplado y otros artículos navideños, pero también por su clima frío y “tragedia”. Se sabe que una tarde de 1937 comenzó a llover en Tlalpujahua; la lluvia duró más de doce horas, acompañada de vientos terribles. En poco tiempo, el pueblo se inundó de agua y lodo, incluyendo la mina y el templo del Carmen del cual sobrevivió el altar y la pintura de Nuestra Señora del Carmen. En esta catástrofe murieron muchas personas y se destruyeron múltiples casas; hoy es posible visitar los basamentos del templo y ver las tumbas que se rescataron del cementerio.
Real del Monte, Hidalgo
La neblina acompaña constantemente a este pueblo del Corredor de la Montaña hidalguense. En sus construcciones es palpable el pasado minero e influencia inglesa. Casi siempre hace frío con llovizna, y las calles suelen estar vacías. Uno de los grandes atractivos de este Pueblo Mágico es su misterioso Panteón Inglés. En lo alto de la montaña sólo se observan inmensos árboles que bordean un paraje: se trata de un cementerio abierto en 1862, donde se resguardan los restos de ingleses y otros europeos que trabajaron en las minas de la zona. Además de ver las tumbas de aspecto un tanto escalofriante, la hija del antiguo sepulturero narra historias y leyendas de sus residentes.
Huasca de Ocampo, Hidalgo
Es la siguiente parada del Corredor de la Montaña, guardián de haciendas, peñas, centros ecoturísticos y los prismas basálticos. Pero también es un pueblo donde domina la creencia en los duendes y las leyendas de épocas pasadas. En estas tierras vivió quien llegara a ser el hombre más rico del nuevo mundo: don Pedro Romero de Terreros. Entre sus propiedades están las ex haciendas de San Miguel, Santa María y San Antonio Regla. La tercera está cubierta por el agua y sólo sobresale parte de la construcción; y de la segunda, hoy convertida en hotel, se cuentan historias terribles. Según la tradición oral, en Santa María Regla don Pedro dio muerte a su hija tras descubrir su romance con un capataz de origen humilde; se dice que su espíritu aún ronda los recovecos de la hacienda.