¿Dos ríos que se cruzan? Pues no, se trata del Puente Acuífero de Magdeburgo, el más largo del mundo con una longitud total de 918 metros.
El puente acuífero de Magdeburgo es un cruce elevado para tráfico marítimo que permite a las embarcaciones cruzar el río Elba, conectando dos de los mayores canales del país. Se trata de un puente que, en vez de carreteras, contiene un canal de agua, permitiendo así el transporte de buques a través de él. Un puente acuífero contiene agua y permite el transporte de barcos sobre obstáculos como valles o ríos. Difiere de un acueducto en que este último tiene como fin transportar agua, mientras que el primero utiliza el agua sólo como un medio para transportar los botes.
Esta obra de 918 m de longitud se comenzó a construir en 1997 y quedó completada en octubre de 2003, con un costo aproximado de 500 millones de euros. Es la más grande en su clase en toda Europa, conectando dos importantes canales de Alemania.
Esta construcción se realizó con la idea de facilitar el comercio marítimo, ahorrando a los navíos un rodeo de unos 12 kilómetros. Su elaboración llevaba planificada desde el año 1919, pero debido a las dos guerras mundiales, y a la separación de Alemania durante la Guerra Fría, su comienzo se pospuso hasta 1997.
Se compone de una longitud de 918 metros, una anchura de canal de 34 metros, y una profundidad de agua de 4.25 metros. Para su realización fueron empleadas 24.000 toneladas de acero y 68.000 metros cúbicos de hormigón.
Cabe destacar que para hacer los cálculos de un puente como este no se toma en cuenta el peso que puedan llegar a tener los barcos, sino que solamente importa el peso del agua. Esto es debido al principio de Arquímedes: un barco siempre desplaza una cantidad de agua que pesa exactamente igual que el barco, por lo tanto si sobre el canal pasa un barco, el equivalente a su peso de agua es desalojado y ya no afecta al canal-puente sino que es repartido por el resto del sistema fluvial.