El objetivo de este experimento era lograr satisfacer las necesidades de los estudiantes con déficit de atención, pero que otros alumnos no se vieran afectados por eso.
El colegio Des Cédres, situado en Québec (Canadá) ha encontrado la forma de abordar el déficit de atención que sufren algunos de los estudiantes del centro gracias al pupitre-bici. Es una mesa de lo más normal, de las que se encuentran en cualquier clase, aunque tiene unos pedales para que los niños más inquietos gasten sus energías pedaleando.
Este proyecto fue propuesto por un profesor de apoyo, Mario Leroux, ya que conoce la necesidad que tienen los niños de estar en constante movimiento, especialmente los niños que sufren un déficit de atención e hiperactividad. Ya que canalizan su exceso de energía pedaleando en clase, y no sólo eso, también han logrado mayor concentración durante las lecciones.
Los niños se suben a pupitre y pedalean 15 minutos sin parar. Después parecen mucho más relajados. Atienden mejor, y no perturban la dinámica de la clase. Los beneficios no terminan ahí, algunos alumnos expresaron, se sentían menos estresados, especialmente durante los exámenes. Además, exige mejorar la coordinación, ya que hay que hacer dos actividades a la vez.
Sin embargo, la iniciativa no ha salido nada barata para la escuela, la cual ha tenido que recibir una donación para poder hacer frente a los casi 900 euros que cuesta cada pupitre. Hasta la fecha, son cuatro las mesas con pedales que utiliza este pequeño colegio canadiense en alumnos de entre 5 y 8 años de edad.
Una tendencia en las escuelas
Los niños se enfrentan cada vez más a una vida sedentaria, con horarios que les obligan a pasar varias horas sentados en un pupitre. Con el fin de acabar con esta situación, surgió el programa ‘Read and Ride’ (leer y andar en bicicleta) que consiste en convertir los escritorios en bicicletas estáticas. De esta forma, a la vez que los pequeños ejercitan la mente, también entrenan sus músculos.
La dinámica es sencilla, los profesores llevan a sus alumnos a la sala en la que se encuentran este tipo de escritorios y les invitan a que lean mientras pedalean en sesiones que están pensadas para tener una duración de unos 15 minutos. Además, algunas clases del centro, cuentan también con una bicicleta extra en la esquina, para aquellos niños más activos que necesiten utilizarla.