Técnica utilizada para perforar el suelo a través de un pozo y así poder extraer gas; se introduce agua y productos tóxicos a más de 2500 m bajo tierra y la presión rompe la roca e hiela el gas.
El líquido usado en el fracking contiene una mezcla de 596 productos químicos y se puede hidrofracturar un pozo hasta 18 veces.
Su proceso es perforar el pozo verticalmente, atravesando acuíferos, hasta llegar a la capa de roca donde está el gas. Ahí se perfora casi de forma horizontal, profundizando más de 3 km la superficie terrestre y ahí es que se inyecta agua a presión con una cantidad de aditivos.
Los hidrocarburos de lutitas o shale es petróleo y gas natural que se encuentran atrapados en los poros de formaciones rocosas poco permeables denominadas lutitas bituminosas situadas en el subsuelo. Suelen encontrarse a profundidades de entre 1,000 y 5,000 m.
Debido a la baja permeabilidad de las lutitas, la extracción de los hidrocarburos requiere la utilización de la fracturación hidráulica o fracking. Esta técnica parte de la perforación de un pozo vertical hasta alcanzar la formación que contiene gas o petróleo.
Seguidamente, se realizan una serie de perforaciones horizontales en la lutita, que pueden extenderse por varios kilómetros en diversas direcciones.
A través de estos pozos horizontales se fractura la roca con la inyección de una mezcla de agua, arena y sustancias químicas a elevada presión que fuerza el flujo y salida de los hidrocarburos de los poros.
Pero este flujo disminuye muy pronto, por lo cual es necesario perforar nuevos pozos para mantener la producción de los yacimientos. Por este motivo, la fracturación hidráulica conlleva la ocupación de vastas extensiones de territorio.
Los impactos socioambientales del uso de la fracturación hidráulica trae consigo consecuencias con el medio ambiente.
Disminución de disponibilidad del agua: La fracturación de un solo pozo requiere entre 9 y 29 millones de litros de agua. El ritmo de explotación anual de 9,000 nuevos pozos en Estados Unidos que se pretende exportar a México supondría un volumen de agua equivalente al necesario para cubrir el consumo doméstico (100lts/pers/día) de entre 1.8 y 7.2 millones de personas en un año. Ello acarreará la disminución de la cantidad de agua disponible, lo que pondría en peligro los ecosistemas y la realización del derecho humano al agua y a la alimentación.
Contaminación de las fuentes de agua: En Estados Unidos existen más de 1,000 casos documentados de contaminación de fuentes de agua relacionados con el uso de la fracturación hidráulica. Se han identificado 750 tipos diferentes de productos químicos en los fluidos de fracturación analizados, entre ellos sustancias de gran toxicidad como el metanol, benceno, tolueno, etilbenceno y xileno. A la fecha, no existe tratamiento efectivo para la misma, dejando el agua inutilizable para otros usos y fuera del ciclo hidrológico.
Impactos sobre la salud: Los pozos de agua potable que abastecen a la población situados en cercanías de las zonas donde se aplica la fracturación hidráulica tienen altos niveles de metano y sustancias cancerígenas y neurotóxicas. Por otro lado, la población que habita cerca de los pozos tiene 66% de probabilidad de padecer cáncer asociado a la contaminación atmosférica.
Emisión de gases y su contribución al calentamiento global: El 90% de las emisiones en el proceso de obtención del gas es metano; el proceso completo de su explotación contribuye en mayor medida a la aceleración del cambio climático debido a las fugas de metano producidas durante su extracción. El metano es un gas de efecto invernadero con un potencial de calentamiento 25 veces superior al CO2 en el corto plazo, por lo que en 20 años el impacto de la extracción de gas de lutitas sobre el cambio climático puede superar en 20% el del carbón.
Sismos antropogénicos: Debido a que la industria no puede tratar los grandes volúmenes de aguas residuales generadas por el fracking, es común que utilice pozos de inyección también conocidos como pozos letrina para deshacerse del agua contaminada. Estas aguas pueden desestabilizar fallas geológicas y provocar sismos.
Otras afectaciones: Debido al deterioro ambiental que provoca, la explotación del gas de lutitas es incompatible con otras actividades económicas como la ganadería, la agricultura y el turismo. A ello se suma el deterioro de la infraestructura carretera por el impacto de los 250 viajes diarios por pozo de camiones de gran tonelaje.
Todo ello afecta calidad de vida, salud y tranquilidad de las poblaciones.
La extracción de hidrocarburos por fracturación hidráulica con base en el principio precautorio, fueron prohibidos en Francia, Bulgaria, y numerosos gobiernos regionales y locales alrededor del mundo. Tal es el caso del estado de Nueva York, quien la prohibió en diciembre de 2014 basándose en las evidencias existentes sobre los riesgos que representa para la salud.