La malla es un elemento indispensable para que las malas hierbas no invadan el jardín, su fácil colocación y su gran efectividad la hacen indispensable.
Las hierbas silvestres no suelen ser muy bienvenidas en un jardín. Crecen a un ritmo tan alto que tan sólo necesitan unas pocas semanas para tapar las plantas, incluyendo a las más altas. Aunque la mayoría no son parasitarias, todas ellas tienen un comportamiento que se podría calificar como invasor, ya que impiden que el resto de especies pueda seguir creciendo normalmente.
Por suerte, hoy en día dispone de una cosa que será muy útil para evitar que aparezcan hierbas en las zonas donde no se quieren que salgan, y no es otra que la malla antihierbas.
La malla antihierba es una tela de superficie porosa que se utiliza principalmente en invernaderos, viveros y jardines con el fin de evitar el desarrollo de malas hierbas, además de proteger a las plantas de la humedad excesiva del suelo, economizar el agua de riego, reducir las demandas de mantenimiento y extender las temporadas de cultivo.
En el mercado hay de dos tipos:
Malla antihierba tejida
Es una malla de polipropileno de rafia tejida muy tupida y resistente que permite el paso del agua y del aire, pero bloquea el paso de la luz solar. Es muy recomendada para colocar en el jardín, especialmente si es seco, o en el invernadero.
Malla antihierba geotextil
Es una malla de polipropileno no tejida muy duradera y resistente. Permite el paso del agua y del aire, y deja respirar al suelo y a las raíces de las plantas mientras impide que las semillas de las hierbas puedan germinar. Es la más idónea para usar en estanques y en aquellas zonas donde va a haber plantas que necesitan mucha agua.
Ventajas
Inconvenientes