Contar con un aval para renta, es una de las primeras solicitudes para alquilar una propiedad, con el fin de asegurar el pago puntual.
Aunque ya existen opciones que permiten eliminar este punto, aun algunos propietarios lo exigen. Si no sabe cómo funciona, aquí le explicamos.
¿Qué es un aval para renta?
De acuerdo con Condusef, ‘legalmente, un aval es una persona física o moral que asegura que una deuda será saldada’. Comúnmente, los propietarios solicitan a un aval que cuente con una propiedad, para que firme 12 pagarés que garanticen el cumplimiento de las rentas.
El aval para renta tiene el fin de proteger a los propietarios ante posibles impagos, al no contar con las herramientas iniciales para saber si un inquilino tiene un buen historial crediticio, además de su capacidad de pago para cubrir la renta.
En los últimos años el riesgo de cobranza para los propietarios de inmuebles ha ido en incremento, lo que ha provocado que cada vez pidan más requisitos, siendo el aval uno no negociable. Esto impacta principalmente a la población que se muda de una ciudad a otra o de un país a otro, ya que llegan sin conocer a alguien que pueda tomar el papel de aval.
Al no contar con un perfil del inquilino, el riesgo de necesitar cobranza se vuelve mayor por lo que los propietarios buscan cubrirse con dichos requisitos que son muy difíciles de cumplir o casi imposibles.
El aval quedará como responsable de una persona si esta no puede seguir cumpliendo con la obligación de la renta. Y para que eso suceda, deberá demostrar que cuenta con las capacidades para solventar el daño que pudiera ocasionarse.
Requisitos para ser aval
Recuerde que en el proceso de arrendamiento el fiador, además de contar con la solvencia económica, deberá ser propietario de un bien inmueble, el cual quedará como garantía. Esto solo es una medida de seguridad en caso de resistencia a cumplir con las obligaciones que adquirió como aval, más no significa que vaya a perder su propiedad.
La persona debe comprobar que cuenta con recursos suficientes para saldar la cuenta del inquilino en caso de ser necesario, por lo que de preferencia se pide alguna propiedad (por lo regular, en la ciudad en la que se va a rentar), que esté registrado en el Registro Público de la Propiedad.
También se solicitan documentos oficiales como: identificación, CURP, comprobante de ingresos, predial y carta valor del inmueble.
En qué debe fijarse antes de ser aval
La Condusef (Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros) recomienda poner atención en al menos tres puntos:
•Investigar quién lo solicita: sin importar si se trata de familiares, amistades o personas conocidas; verifica que sea alguien responsable y formal, puedes checar sus hábitos de pago al preguntar a otras personas sobre su comportamiento y formalidad’, dice el organismo.
•Indagar sobre los ingresos: para asegurar que sean estables y no tenga otras deudas que deba cubrir.
•¿Tiene algún respaldo económico?: Se debe ser realista sobre los ingresos y propiedades que se tienen, serían suficiente para saldar la deuda, en caso de que sea necesaria.
¿Qué pasa si no puede conseguir un aval para renta?
Tiene diferentes alternativas. La más común es negociar con el propietario, demostrando un historial crediticio limpio y ofreciendo 2 o 3 depósitos en garantía como seguridad. Sin embargo, si por falta de dinero no es posible hacer esto, hoy en día existen opciones que permiten rentar aunque no tenga un aval:
-Busque una empresa que rente sin aval: existen empresas que no le piden aval al rentar un departamento, asegurando al propietario a partir de otros métodos, como protección jurídica o pago puntual de sus rentas. Sin embargo, es importante que demuestre ante la empresa su historial crediticio y que cuente con la capacidad de pago.
-Arrendavit: una alternativa Infonavit, en la que debe cumplir ciertos requisitos, para poder obtenerlo: el contrato que firme debe ser de mínimo un año, su renta mensual no debe rebasar el 25% de su salario y el monto de su subcuenta que se quedará como garantía debe ser mayor a 6 meses de renta.
-Aval bancario: si no tiene subcuenta de Infonavit o decide no utilizarla, puede solicitar en el banco que sea su aval. Muchas veces este requisito es obligatorio para los propietarios, ya que les parece más seguro, pues no conocen otras alternativas que pueden utilizar. El banco realiza un estudio para confirmar su capacidad de pago, por lo que también es importante que cuide su historial crediticio.
-Afianzadora: con este tipo de empresas se firma un contrato entre esta y las personas involucradas en el proceso de arrendamiento, asegurando que se hará cargo de las deudas que el inquilino adquiera en caso de que no pueda cumplir con la renta. Recuerde que antes de pensar en contratar una afianzadora, debe buscar que esté autorizada por la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas.
¿Qué hacer si ya no quiere ser aval?
Aunque existen algunas alternativas para deslindarse de esta responsabilidad, no es un proceso sencillo. Muchas veces, el contrato que regula el préstamo establece las condiciones de la deuda. Si bien existe la posibilidad de renunciar a seguir siendo aval, la institución que otorgó el préstamo o crédito es la única figura encargada de autorizar este cambio.
En conclusión, no es necesario hoy en día contar con un aval si se informa correctamente y busca la forma más segura de rentar protegiéndose como inquilino.
También es importante que corrobore que el propietario esté protegido a través de la alternativa que solicite para asegurar que no estará en un lugar fraudulento.
¿SABÍA QUÉ...
·De acuerdo con un sondeo realizado por la comparadora de servicios financieros Coru.com y la encuestadora Brad.Feebbo, el 29.4% de la población mexicana tiene una nota mala en el Buró de Crédito por ser aval de un conocido.
·En México ya se puede embargar parte del salario para el pago de deudas, siempre y cuando sea dictaminado por un juez, es decir, no lo pueden hacer cobradores ni abogados, sino que debe existir una orden judicial.
Así que ya sabe, si firma como aval podría responder por esa persona cuando no pague. Antes de aceptar, analícelo, y tenga muy presente, que en algún momento puede poner en riesgo su patrimonio y el de su familia.