En los tiempos que corren, es muy habitual que muchas familias no tengan recursos suficientes para hacer frente a los gastos que supone una hipoteca.
De acuerdo con los datos de la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF) de los 34 millones de casas que forman parte de la oferta residencial en el país, 84% corresponden a vivienda propia, y 16 a viviendas en renta, esto quiere decir que los mexicanos prefieren invertir su dinero en la compra de propiedades.
Sin embargo, a veces por situaciones imprevistas, muchos propietarios dejan de contar con los recursos suficientes para continuar con sus pagos, es por ello que surge la pregunta de ¿qué pasa si se deja de pagar una hipoteca?
Antes de llegar al punto de no poder hacer frente a la hipoteca, se atraviesan etapas de dificultades económicas. Es importante que en estas etapas previas en las que se empieza a tener problemas, se acuda al banco o entidad financiera acreedora del préstamo hipotecario, para explicarles la situación y tratar de renegociar el préstamo.
De esta forma puede conseguir que le amplíen el plazo de devolución de la misma, a cambio de una rebaja sustancial de la cuota mensual, para que aunque tenga dificultades, no tenga que dejar de pagar la hipoteca.
Otra solución, en caso de que no se pueda efectuar el pago del crédito, y no se llegue a un acuerdo, consiste en traspasar la deuda a alguien que esté interesado en adquirir la propiedad. Cabe resaltar que ni el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) ni las instituciones bancarias, aceptan como tal, el traspaso de la deuda, por lo que, sí se ha encontrado a un comprador, deberá liquidar la deuda con el banco o el Infonavit, ante Notario Público.
Otra opción, es aceptar la cesión de pago, es decir, regresar la propiedad, y con eso se da por saldado el crédito hipotecario, esto significa que además de perder la propiedad, perdería el enganche, y los pagos mensuales realizados. En caso de que el crédito se haya tramitado con el Infonavit, la institución cuenta con un Fondo de Protección de Pagos. Dicho beneficio solo aplica en caso de pérdida involuntaria del empleo, o sea un despido, y se puede hacer uso hasta seis meses, cada 5 años; es conveniente que acuda a la institución para que le expliquen a detalle cómo puede hacer uso de este beneficio.