Es uno de los artistas callejeros más importantes y reconocidos, aunque hasta el momento no se conoce su identidad fuera de su círculo de amigos.
Bajo su seudónimo, Banksy se ha hecho popular dando color a algunas ciudades, como Londres, Bristol o Nueva York. Imágenes satíricas sobre política, etnias, contra la autoridad, situaciones sociales y cultura pop.
Su naturaleza hermética, combinada con su perspectiva antisistema, anticapitalista y contraria a la guerra, define a Banksy como uno de los nombres más celebrados y reconocidos en el mundo del arte moderno, y como una sombra siempre presente en nuestra generación.
Banksy creció en Bristol, Reino Unido, y se cree que nació hacia 1974. Empezó como un grafitero a mano alzada a una temprana edad en la década de 1990. Utilizó las calles de Bristol como lienzo, y formó parte entonces de un grupo de grafiteros llamado DryBreadZ Crew. Más tarde, adoptó el nombre de ‘Banksy’ para esconder su identidad de las miradas indiscretas, y esencialmente para evitar ser arrestado por su actividad artística ilegal. Bebía de la influencia del grafitero francés ‘Blek le Rat’, quien, como Banksy, utilizaba plantillas como una forma de crear sus obras. Tras haber trabajado en gran medida a mano alzada, Banksy se pasó a finales de la década de 1990 a las plantillas, tenía que encontrar una forma de hacer sus obras más deprisa; obviamente un factor clave cuando se quiere permanecer en el anonimato, además le preocupaba que la policía le atrapara, dado que lo que hacía estaba prohibido. Al utilizar superficies públicamente visibles, desde Londres hasta Palestina, para colocar sus imágenes, a menudo con carga política, el revuelo y la controversia que rodean al descubrimiento de una nueva obra son algo fenomenal, haciendo que su naturaleza ilegal se pase por alto la mayoría de las veces. Los temas recurrentes en sus obras incluyen ratas (supuestamente vinculadas a quien le influenciaba), soldados, niños, policías y celebridades.
En esa época conoce a Steve Lazarides, fotógrafo en sus inicios, y marchante de arte después. Empezó a vender sus obras, y se convirtió en su agente hasta 2009.
De la Tate… al ‘merchandising’
Este salto se produjo cuando la obra de Banksy empezó a verse en Los Ángeles, Nueva York o Palestina. Llamó tanto la atención de los medios de comunicación y de sus acólitos, que el público empezó a trazar su ruta, y esperar con impaciencia su nueva intervención en las paredes de cualquier ciudad.
En 2002 expone ‘Existencilism’, en la galería 33 1/3 de Los Ángeles. En 2003, Blur saca su disco ‘Think Tank’ con una portada hecha por él, el original se vendió cuatro años después, en una subasta por 90.000 euros, y entró en la Tate aunque de una forma nada ortodoxa. Quién le iba a decir que ahora los mejores museos del mundo se rifarían sus obras. Se le ocurrió una idea que creía que nadie había intentado antes: añadir grafitis a cuadros clásicos pintados al óleo. Para llevar a la práctica su idea, Banksy pensó que su obra tenía que aparecer en un museo famoso. Como no esperaba precisamente que en un futuro próximo le invitaran a ninguno, decidió resolver el asunto por su cuenta. Con un disfraz que lo hacía irreconocible, entró con una de sus obras en la Tate Britain (Galería Nacional de Arte Británico y Arte Moderno en Inglaterra) y se limitó a pegarla en la pared cuando nadie miraba.
Así empezó a ‘ocupar’ los huecos en blanco de otros museos, hasta que, en 2003, decidió que era el momento de exponer, pero, de nuevo; no lo hizo de manera convencional. Les siguieron más exhibiciones, pero el mayor crecimiento del fenómeno Banksy, se debe a su compromiso social y político.
Hoy es más fácil ver el trabajo de Banksy en una galería o una pinacoteca, que en una pared de ladrillo. Sus obras han alcanzado en las subastas hasta 1,8 millones de euros, y han acabado convertidas en objeto de ‘merchandising’. Su estilo es imitado en todo el mundo: hay posters, camisetas, bolsos, calendarios y hasta fundas de cojín.
Banksy ha dejado su huella no solo como grafitero, sino también como pintor, escultor, cineasta y activista. Metafóricamente, encarnar todas estas identidades le llevó a recibir un premio en 2007, por ser el ‘británico vivo más importante en el arte’, aunque Banksy, como es propio de su estilo; no se presentó para aceptar el premio.
Ha habido una gran especulación sobre su verdadera identidad, pero por ahora sigue siendo un misterio.