Emprender es sinónimo de ser tu propio jefe y, por tanto, de asumir numerosos desafíos.
Las oportunidades de negocio siguen y se irán incrementando en la medida en que la pandemia vaya cediendo el paso a la vida cotidiana. Si está evaluando ser su propio jefe el próximo año, un primer objetivo es evitar equivocarse.
1.Es cierto que el emprendimiento se liga a la aventura y riesgo; sin embargo, está lejos de ser sinónimo de imprudencia.
¿Tiene la idea? Ahora hay que 'crearla' por medio de un plan bien estructurado, investigando costos de instalación, capital de trabajo requerido y ventas estimadas para determinar la viabilidad de la empresa y, sobre todo, cuándo estima que será autosuficiente.
2.¿Con cuanto cuenta? Lanzar una compañía tiene dosis de genialidad, sudor, suerte y aguante. Es fundamental contar con el recurso para alcanzar el tiempo de maduración; muchos se quedan en el 'ya mérito' al terminarse el dinero.
Es importante separar el patrimonio familiar y tener un límite establecido para que no pierda la estabilidad en casa. Existe un riesgo compartido con la pareja y debe estar de acuerdo para facilitar las decisiones.
Si de inicio se empieza a vislumbrar un problema de capital, es preferible, con calma, encontrar un socio.
3.Olvídese de mezclar sus finanzas con las de la empresa. Este es un error típico, sacando del flujo del negocio para el gasto regular de la familia y, por el contrario, cuando se requiere se apoyan con el patrimonio personal.
Llega a presentarse un verdadero desorden, porque la familia deja de percibir un salario y al subir las entradas, se reparte de manera desproporcionada. El resultado es una confusión total y la incapacidad de saber cómo va el negocio y cómo las finanzas del clan. En algunos casos extremos quiebran ambos y el conflicto provoca la ruptura de sus miembros.
4. Querer hacer las cosas en grande para 'garantizar el éxito', puede generar que los recursos se acaben en muy poco tiempo.
Reduzca los costos fijos lo más posible y compénselos con los variables, que estén en función de la producción y las ventas. Incluso, dependiendo de su concepto, trate de probar antes en pequeño. De esa forma abatirá el riesgo.
Hoy, bajar los costos es hablar de una operación productiva y eficiente, los clientes lo entienden y hasta lo premian.
El arrancar un negocio es como una balanza en donde por un lado se encuentra la búsqueda del éxito y de la otra está el evitar los errores que lleven al quebranto anticipado. El arte es mantenerlo en el nivel justo que permita la supervivencia suficiente para demostrar que la idea tiene valor para el mercado.