Los vivos colores de la tumba de Tutankamón, el faraón más conocido de Egipto, han recuperado su brillo y esplendor, gracias a un proyecto de restauración.
Rey del antiguo Egipto, a los 9 años, Tutankamón reinó hasta su inesperada muerte a los 19 años, desde alrededor de 1333 a.C. hasta alrededor de 1323 a.C. Su tumba, en el valle de los Reyes, al otro lado del río Nilo, desde Luxor, es famosa al haber sido descubierta en 1922, por Howard Carter, relativamente intacta, y por contener miles de impresionantes artefactos.
Hoy todavía custodia varios objetos originales: la misma momia de Tutankamón, en una caja exenta de oxígeno, el sarcófago de cuarcita con su tapa de granito en el suelo y junto al sarcófago, el ataúd de madera dorada más externo, y las increíbles pinturas murales de la cámara funeraria, que representan la vida y la muerte del faraón.
Este gran proyecto de conservación de nueve años, ha concluido, devolviendo la tumba a su antigua gloria, y con otros descubrimientos interesantes a lo largo del camino. Los investigadores temían que la humedad y el dióxido de carbono del aliento de los turistas, causaran que las manchas marrones del crecimiento microbiano, se extendieran sobre la superficie de las pinturas, en la cámara de entierro.
Abrasiones y rasguños también se acumulaban en lugares donde los visitantes y los equipos de filmación tenían acceso.
Para abordar los lugares y crear un plan sostenible para el futuro de la tumba, el Getty Conservation Institute, con sede en Los Ángeles, y el Ministerio de Antigüedades de Egipto, se embarcaron en una colaboración de conservación.