Destino perfecto para los amantes de la playa, la tranquilidad, la cultura y la buena mesa.
En realidad, el nombre de Santorini no hace referencia a una isla, sino a un archipiélago. Este conjunto de islas, nació de una enorme explosión volcánica, que destrozó literalmente la antigua isla de Thera. La catástrofe del volcán de Thera, se suele relacionar con la leyenda de la Atlántida, y se cree que el tsunami originado por la explosión tuvo relación directa con el declive de la civilización minoica de la isla de Creta.
En la lista de maravillas qué ver en Santorini, están sus legendarias puestas de sol; las más bellas de Grecia, de la mano de las impresionantes vistas de la caldera, el elemento paisajístico que hizo única a esta.
Este archipielago ofrece unas vistas espectaculares del mar, así como del volcán sumergido. Cuenta con unas encantadoras casas blancas con puertas, y ventanas azules, e iglesias con cúpulas redondas, también azules, símbolo de Santorini.
Es un placer pasear por las callejuelas empedradas, o sentarse en cualquier terraza bañada por el sol, desde la que se puede ver una bella panorámica del volcán, y por supuesto, unas impresionantes puestas de sol. Vale la pena ocupar parte del tiempo en ver los magníficos sitios arqueológicos, que se dispersan, y visitar los numerosos museos que hay sobre todo en Fira, como el Museo de Prehistoria, el Museo Arqueológico, entre otros muchos.
Y, por supuesto, descubrir los bellos monumentos, entre los que destacan los centenares de iglesias ortodoxas y católicas, o las famosas iglesias bizantinas de techos azules. Las compras más tradicionales se centran en productos artesanales: cerámica, joyería y telas.