Una de las iglesias más espectaculares de México, que solo se le ha podido comparar con la Capilla Sixtina.
Un mar de murales se desliza por el techo de la nave principal, pasajes bíblicos e inscripciones, forman parte de este mundo que parece no tener fin, y que impacta desde el inicio. Es el Santuario de Jesús Nazareno, ubicado a 8 kilómetros de la ciudad de San Miguel de Allende, en el poblado de Atotonilco, Guanajuato.
Este Santuario invade la mirada desde el primer instante, ya que en la parte exterior, se pueden apreciar grandes muros que dan la impresión de que la iglesia fuera una fortaleza, miden diez metros de largo, y las enormes cúpulas que la conforman, alcanzan los veinte metros, además de la torre de reloj, que mide lo mismo.
La obra fue dirigida por Luis Felipe Neri de Alfaro, entre los años de 1740 y 1748. El padre Alfaro se inspiró en el ‘Santo Sepulcro de Jerusalén’, para dar vida a este espacio.
Durante la realización de los icónicos murales, se impregnó un estilo similar a la pintura flamenca, que fue conocido a través de las impresiones belgas, que los españoles trajeron desde Europa, y tan impactante es, que ha hecho que el edificio sea llamado la ‘Capilla Sixtina de América’ o la ‘Capilla Sixtina de México’. Antonio Martínez Pocasangre, y José María Barajas, fueron los responsables de esta obra en diversos periodos.
El Santuario de Jesús Nazareno, cuenta además, con una nave principal, sacristía y más de seis capillas. En el año 2008, la iglesia fue declarada Patrimonio de la Humanidad, gracias a su magnífica y espectacular arquitectura, la cual trasciende épocas.