Con la llegada del verano, entre los meses de junio y agosto, estos voladores ‘brillantes’ se apoderan de las noches en los bosques de Nanacamilpa.
En Nanacamilpa, Tlaxcala en una zona montañosa, que se desprende de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl, hay un bosque que una vez al año durante todas las noches de verano, millones de luciérnagas se reúnen centellando alternamente con sus cuerpos luminosos. Es un espectáculo hermoso e indescriptible, semejante a los cuentos de hadas.
Las luciérnagas son unos insectos de la familia de los escarabajos, caracterizados por su capacidad de emitir luz. Producen esta luz cuando un químico llamado luciferina dentro de su abdomen/cola, se combina con el oxígeno, el calcio y el trifosfato de adenosina, ocurre una reacción química que genera una luz espectacular.
En México, la cantidad de especies de luciérnagas registradas son 164, de las cuales 84 son endémicas.
Las luciérnagas no viajan para llegar hasta el bosque de Tlaxcala, sino que, son una especie que vive de manera permanente en ellos. Sólo que en los meses de junio, julio y principios de agosto, es la época de su apareamiento, y es cuando, los machos se iluminan para hacerse notar y atraer a las hembras, cuando ellas aceptan, responden emitiendo su luz.
Este lugar permaneció protegido en el anonimato durante muchos años, hasta que en el año 2012, el gobierno del estado decidió hacer una fuerte campaña publicitaria para dar a conocer al público este impresionante espectáculo natural.
La aventura inicia en el momento en el que se adentra al frondoso bosque de más de 200 hectáreas, la cual resulta ser un hogar ideal para reproducirse, esto debido a que por las condiciones de humedad que existen en el terreno, las larvas tienen una fuente de alimento muy abundante.
El avistamiento de las luciérnagas inicia aproximadamente después de las 20 horas, y dura una hora.
Para el cuidado y protección de esta especie y con la finalidad de preservar su hábitat, está prohibido el uso de cámaras y cualquier tipo de luz que pueda alterar el comportamiento de los insectos.
La travesía a este bosque, es tranquila, fría e inolvidable y se recomienda llevar ropa oscura, abrigadora, impermeable y sin reflejantes. Además, evitar el uso de repelente para insectos.