A unos cinco kilómetros del centro, se alza el santuario del ‘Bom Jesús do Monte’, tal vez la iglesia más fotografiada de Portugal.
Situado al norte del país de Braga, este paisaje cultural, evoca la Jerusalén cristiana, con su montaña sacrosanta rematada por un santuario. Edificado a lo largo de seis siglos, y de estilo predominantemente barroco, el ‘Bom Jesús’, es como un parque temático en torno a una escalera zigzagueante tan bella, como monumental, en la que se hallan una serie de capillas que aluden al viacrucis, los sentidos y a las virtudes; en un recorrido que se plantea como camino de perfección.
La escalera, iniciada en 1722, por el arzobispo don Rodrigo de Moura Telles, fue finalizada unos sesenta años más tarde. Carlos Luís Ferreira da Cruz Amarante, fue el excelente arquitecto de la iglesia, que corona el conjunto monumental. Su obra se inició en el final del XVIII, y los textos afirman que es neoclásica. Pero en realidad, reúne elementos barrocos, visibles tanto en las líneas de la fachada, como en su interior.
La fachada es magnífica, con torres airosas, que enmarcan un cuerpo central de dos niveles; el inferior realzado por cuatro columnas toscanas, y el superior, dividido también por pilastras jónicas y ennoblecido por diversas estatuas: Isaías, Jeremías y los cuatro evangelistas.
Los elementos arquitectónicos de sus fachadas, enyesadas y encaladas, están destacados por marcos de piedra visible. Los muros, escaleras, fuentes, estatuas y ornamentos de la célebre ‘escalera de los Cinco Sentidos,’ componen la construcción barroca más significativa de este bien cultural.