La inhalación de humo producido por los fuegos artificiales, puede provocar infecciones respiratorias severas y hasta bronco espasmos que terminarían con la vida del afectado.
Los fuegos artificiales tienen su origen en China, en la región llamada Liu Yang. Allí un hombre llamado Li Tang desarrolló las primeras fórmulas, de allí se sabe es la primera mezcla explosiva llamada polvo negro, que fue procesada artesanalmente a partir de la dinastía Tang. En un principio, la utilización de la pirotecnia, estaba limitada a las ceremonias religiosas, en las que se la usaba para espantar a los malos espíritus.
En la actualidad, se siguen usando para animar festividades importantes, por lo que si va a disfrutar las diversas celebraciones que existen, debe procurar mantenerse alejado de la fuente del humo, y si es inevitable, tapar su boca y nariz con un pañuelo limpio, de esa manera los gases se filtrarán por la tela, y no entrarán de lleno a los pulmones.
La variedad de colores y efectos de los fuegos artificiales, se consigue tras la adición de metales en la pólvora. Al momento de llevarse a cabo el espectáculo pirotécnico, se origina mucho humo, y se liberan diminutas partículas de metal, lo suficientemente pequeñas, como para ser inhaladas profundamente en el pulmón.
La investigación toxicológica, ha demostrado que muchas de las partículas metalíferas que lleva el humo de los fuegos artificiales son bio-reactivas, pueden afectar la salud humana, y probablemente los efectos son más agudos en personas con antecedentes de asma o problemas cardiovasculares. En individuos sanos, todavía se desconocen las consecuencias, pero nunca es bueno inhalar las altas dosis de partículas metalíferas de este humo, aunque solo suceda en ocasiones puntuales a lo largo del año. Los órganos más afectados son la nariz, garganta, y los pulmones, los que se complican a través de una bronquitis, y si además son pacientes que tienen un sistema de defensa muy bajo podrían recrudecer en una neumonía. Esto se presenta más severamente en niños y ancianos.
A menos que se prohíban los fuegos artificiales, los espectadores deben colocarse en un lugar no afectado por la llegada de las emisiones y prestar atención a la dirección del viento. Además es aconsejable que las exhibiciones se sitúen de tal forma, que el humo se aleje de las zonas densamente pobladas.