Alguna vez se ha preguntado, ¿será posible llegar a fin de mes sin que se termine mi dinero? Pues no es el único.
Aun las personas que tienen sueldos elevados piensan que no les alcanza para nada. Este síndrome es mucho más común de lo que parece. Así que es muy fácil identificar a una persona con este síndrome: generalmente una semana antes de recibir su siguiente pago, se está quejando de no tener dinero y diciendo que no le alcanza para nada.
Si es usted una persona que en cuanto recibe su dinero se lo termina porque se le va en pagar deudas, y después se endeuda aún más con préstamos, o porque se da ciertos lujos, aunque luego ya no tenga el suficiente dinero para pagar gastos indispensables, debe saber que padece usted de este síndrome.
Se tiene la falsa creencia de que alguien que tenga un sueldo alto no sufre de esto, pero por ahí dicen que “mientras más se gana, más se gasta”. Es muy importante aclarar que no importa cuánto gane o el puesto que tenga en su empresa, una persona así, vive en crisis todo el tiempo.
Este síndrome no distingue edad, género, país de residencia, y es específico de las personas que manejan dinero (no necesariamente que ellos lo generen, simplemente que tengan contacto con él).
Pero, ¿qué hacer para romper completamente con esto?
Romper el “Síndrome de la Liga” es de hecho muy sencillo, siempre y cuando se tenga la disciplina para hacerlo.
Muchos dicen que para ordenar su desorden financiero lo primero que se necesita es armar un presupuesto, pero están muy equivocados. Hay unos pasos que seguir antes:
Primer paso: Identifique y elimine sus gastos hormiga
Un gran responsable del “Síndrome de la Liga” son los gastos hormiga, esos desembolsos que por ser muy pequeños siente que no impactan en sus finanzas. Sin embargo, al hacer un ejercicio profundo en el que identifique sus gastos hormiga, podrá recuperar entre el 20 y 30 por ciento de su dinero al mes.
Ejemplos de gastos hormiga: parquímetros, estacionamientos, transporte de precio elevado, chocolates, lavandería, dejar la luz prendida todo el día, aparatos electrónicos conectados sin utilizarse, fugas de agua, etc. En fin, cualquier gasto pequeño que no considera porque puede pagarlo con monedas.
Segundo paso: Revise su forma de gastar
A veces compramos de manera impulsiva cosas que de verdad no necesitamos. Para ello es necesario revisar los gastos más grandes, e identificar qué cosas son las que no necesitaba y se compraron impulsivamente. También las visitas a restaurantes y bares, pueden entrar en este punto. Piense cuántas veces pudo haber ido y redúzcalas de manera considerable.
Tercer paso: Descubra qué tipo de mentalidad tiene
Su mentalidad es una de las piezas más importantes que lo mantienen en el “Síndrome de la Liga”. Es necesario identificar qué tipo de mentalidad tiene, y que a partir de ahí revise su comportamiento de gastos.