A raíz de la reforma energética, México permite ahora la entrada de nuevas empresas en el sector eléctrico.
El cambio climático es una amenaza para el planeta. El acuerdo de París del que México forma parte, establece un plan de acción mundial para limitar el calentamiento global a menos de los 2 ºC. México tiene metas concretas y herramientas para transitar hacia las energías limpias y así cumplir con los compromisos adquiridos en este acuerdo firmado por 195 países.
Las subastas eléctricas de largo plazo, que son un instrumento que permite a privados sumar sus necesidades de energía a las de CFE Suministrador de Servicios Básicos (CFE SSB) para hacer compras consolidadas de largo plazo que resulten en mejores precios, son esenciales para lograr el objetivo de reducir las emisiones contaminantes, pues están impulsando proyectos de generación limpia en 19 estados de la República.
A diferencia del modelo eléctrico anterior en el que se realizaba un número limitado de proyectos que eran definidos únicamente por la CFE, las subastas eléctricas de largo plazo del modelo eléctrico actual, permiten el despliegue de numerosos proyectos que pueden implementarse por diversos actores al mismo tiempo, quienes asumen el riesgo de inversión por llevarlos a cabo.
A raíz de la reforma energética, México permite ahora la entrada de nuevas empresas en el sector eléctrico. Para tener acceso a la red eléctrica de la Compañía Federal de Electricidad (CFE), estas nuevas empresas tienen que ganar un contrato en alguna subasta de largo plazo.
En esas subastas, las nuevas empresas presentan posturas para intentar ganar contratos que les permitirán vender electricidad (a CFE) durante 15 años y, posiblemente, Certificados de Energía Limpia (CELs) durante 20 años. En resumen, las subastas funcionan así:
1. CFE somete tres demandas al Centro Nacional de Control de Energía (CENACE): Una demanda para potencia, una para energía acumulable y una para CELs.
2. El CENACE publica esas demandas y las empresas someten sus posturas. Las empresas de energía eólica o solar típicamente ofertan energía acumulable y CELs, mientras que las empresas de ciclo combinado (cuya producción no es aleatoria) ofertan potencia.
3. El CENACE corre un programa de optimización, para determinar las posturas ganadoras. La probabilidad de que alguna postura sea declarada ganadora, depende de todas las demás posturas, en los tres mercados.
El problema radica en el hecho que CFE también puede participar en esas subastas, y ofertar potencia. Es decir, CFE participa tanto en el lado de la demanda, como en el de la oferta en las subastas. Eso distorsiona sus incentivos a someter la verdadera demanda por potencia al CENACE.
La línea negra en la Figura 1, ilustra una demanda ficticia por potencia. De esa línea se desprende que CFE demanda cero MW por hora, durante 1 año (en adelante 1 MW de 2 potencia) si el precio de este ‘bien’ supera Pmax. Si el precio es inferior a Pmax, CFE demanda 90 MW de potencia. Obviamente, en la realidad, la demanda que CFE somete es más elástica, pero para motivos pedagógicos suponga aquí, que la demanda de CFE es inelástica hasta cierto precio Pmax. Suponga que una empresa ofrece 90 MW de potencia a un precio de P1 por MW.
Intuitivamente, la probabilidad de que esa postura sea ganadora, depende del área amarilla en la Figura 1. Esa área, representa el excedente económico asociado a la postura: a mayor excedente, mayor probabilidad que la postura sea ganadora. Ahora bien, lo anterior implica:
1. Si CFE no va a presentar una postura por potencia, le conviene someter un Pmax muy bajo, para desincentivar así la entrada de nuevas empresas en el mercado de potencia.
2. Si la CFE va a presentar una postura por potencia, le conviene someter un Pmax muy elevado, para aumentar así la probabilidad, que su postura sea ganadora.
Hasta ahora se organizaron solo tres subastas eléctricas, de largo plazo. En la primera subasta, CFE no presentó una postura, y sometió un Pmax igual a 10,000 pesos por MW. Ese precio es muy bajo, en comparación con los precios que prevalecen en otros mercados.
En California, por ejemplo, la potencia se cotiza a 45,000 USD por MW, una cifra muy superior a la sometida por CFE. Ninguna empresa ofertó potencia en la primera subasta eléctrica. En la segunda subasta, CFE sí presentó una postura y sometió un Pmax ligeramente inferior a 1.69 millones de pesos por MW. Es decir, la demanda por potencia sometida por CFE en la segunda subasta es casi 169 veces mayor a la de la primera subasta.CFE presentó dos posturas en la segunda subasta y ambas fueron declaradas ganadoras. El regulador debe evitar que esta situación se vuelva a presentar, para ello una propuesta es que en el futuro la demanda por potencia sea calculada por el regulador, y no por CFE.
El Centro Nacional de Control de Energía, canceló la 4º subasta eléctrica, tras revisar el marco jurídico y económico, bajo el argumento de que se revisarían sus objetivos y alcances. Esta cancelación se suma a la que hiciera en días pasado la CFE de licitación de una línea de transmisión directa de alto voltaje, a través de la cual se transportaría la energía generada en las centrales eólicas y de cogeneración del Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, hacia Yautepec, Morelos.
Se espera que pronto sean reactivadas, ya que estas subastas permitirían que las inversiones en los próximos 15 años en energías renovables, generen más de 200,000 empleos directos e indirectos, e inversiones por 57.8 miles de millones de dólares.