Hasta la inauguración del edificio Burj Khalifa en Dubai en 2010, el edificio Taipei 101 era el edificio más alto del mundo. Tras perder aquel récord, este emblemático rascacielos de Taiwán ha conseguido ahora colgarse la medalla de ser el edificio ecológico más alto del planeta al obtener el certificado LEED Platinum.
El Taipei 101 tiene 508 metros de altura y 101 plantas y es todo un símbolo arquitectónico que homenajea en su estilo a la tradición asiática. Capaz de
albergar a 12.000 personas, fué construido para resistir tifones y terremotos.
Ahora, gracias al trabajo de Siemens y su división de tecnologías para edificios, es también un referente para la edificación ecológica. La mejora de sus sistemas y su rendimiento energético le ha facilitado el prestigioso reconocimiento LEED-EMOM Platinum, que reconoce como “edificio verde”. Se trata del marco de referencia internacional para cualquier edificación que se propone la búsqueda de la sostenibilidad y la responsabilidad con el medio ambiente. Y este es el edificio más grande en conseguirlo.
Según explica Hubert Keiber, Consejero Delegado de la Unidad de Negocio de Automatización de Edificios de Siemens, “los edificios aglutinan el 40% del consumo de energía mundial y el 21% de las emisiones totales de CO2”. Taipei 101 consigue ahora un ahorro anual de CO2 de 2.995 toneladas, lo que equivale a evitar la deforestación de cuatro hectáreas de bosques al año, 28.000 toneladas métricas menos de agua consumidas y una reducción de 1.261 toneladas métricas de basura al año.
Entre otras muchas medidas, la temperatura y la climatización se controlan a través de 3.400 terminales de cajas de control situadas por todo el edificio. Aprovechando la bajada de temperatura nocturna, este sistema produce hielo y lo almacena para reducir la carga de refrigeración durante el día. La iluminación está controlada de manera centralizada por un sistema de automatización desarrollado por Siemens. Cuando una habitación no está habitada, aire acondicionado e iluminación se apagan de forma automática. El conjunto de todos estos y más sistemas consigue que el consumo del Taipei 101 sea un 30% inferior a la media, lo que supone un ahorro de cerca de 500.000 euros anuales.