¡Basta de quejas, pasemos a la acción! Hay que centrarse en las tareas que se pueden hacer cada día para mantener la casa organizada y que no se apodere el caos.
Hacer la cama todos los días. Hacer la cama, toma no más de 5 minutos, pero al final del día, cuando se quiera acostar en ella, se tendrá una sensación más relax al momento de acostarse. Hay que procurar que ésta sea una tarea de diario, y que los niños también la realicen. Esto hará que la casa se vea más arreglada y les enseñará responsabilidad.
Recoger la cocina. No basta con recoger la mesa y dejar todos los platos en la cocina. El fregadero no es un contenedor. Así que rápidamente los platos al lavavajillas.
Lavar una carga de ropa todos los días. Si no se tiene una lavadora con temporizador, juntar la carga en la mañana y ponerla en la lavadora. Por la tarde, prender la lavadora para que esté lista para transferirla a la secadora antes de cenar. Esto ayudará a disfrutar el fin de semana y no pasarla lavando.
Doblar y guardar la ropa en los armarios. Tanto la que se ha llevado puesta ya aireada como si se recoge el tendedero. Si se amontona en una silla, la montaña crecerá.
Plantearse hacer una tarea de la casa al día. Planchar, limpiar el polvo, ir al supermercado… Sólo una por día, para no acumularlas todas. Por separado, cada una se llevará un rato.
Tirar la basura. No acumular.
Deshacerse de una cosa cada día. Se tienen cientos de cosas absurdas que no hacen más que acumular polvo y espacio en casa. ¿Por qué no empezar a deshacerse de ellas?
Limpiar la sala de estar antes de ir a dormir. Hacer de esto una tarea familiar. Hay que tomarse 5-10 minutos, para darle una pasada a la sala y poner todo donde va.
Tener una rutina antes de dormir. Explícarle a todos los miembros de la familia lo que les espera cuando se dice que es hora de dormir. Eso puede incluir bañarse/cepillarse los dientes, poner la ropa en el cesto de la ropa sucia, cambiarse la pijama, escoger la ropa para el siguiente día, etc.
Tener una libreta a la mano. Siempre se recuerda algo cuando llega la hora de dormir. Hay que estar preparado en todo momento, y cuando se recuerden esas tareas, se pueden anotar rápidamente en la libreta. Al siguiente día, simplemente arrancar la hoja, ponerla en el bolso, y verla en el transcurso del día.