Si quiere empezar a tener crédito o quiere reparar su crédito, una tarjeta de crédito asegurada le permitirá hacerlo de la mejor forma.
Si por algún motivo tiene un mal historial crediticio o simplemente busca generar uno, pero no dispone un crédito para generarlo, las tarjetas de crédito garantizadas son una opción viable para ambos perfiles de usuarios, siempre y cuando sea consciente de su funcionamiento y, sobre todo, de sus comisiones.
Su funcionamiento consiste en que una persona deposite, en una cuenta de débito del banco, 4,000 pesos, por ejemplo, y sobre este monto estacionado en la cuenta se otorga una línea de crédito proporcional, de 8,000 pesos (en este ejemplo), pero nunca se puede sacar la garantía de esa cuenta. En el peor de los casos, lo máximo que el banco puede perder son los 4,000 pesos de garantía.
Una tarjeta garantizada se encuentra respaldada por el dinero que deposite en el banco, y en ocasiones el monto debe ser igual a la línea de crédito de la que quiere disponer, aunque hay quienes piden un poco más.
El dinero para abrir una tarjeta de crédito asegurada es devuelto generalmente después de 1 año de tener la tarjeta y hacer los pagos puntualmente. Esto quiere decir que tendrá una oportunidad de mostrarle al banco que puede manejar su crédito correctamente.
No ser cumplido en los pagos tiene su costo, uno de ellos es la garantía, pues debe de quedar depositada indefinidamente en el banco una cantidad de dinero por la que no se obtiene ningún beneficio financiero; y otro es la tasa de interés que debe pagar por manejar una tarjeta garantizada, en caso de utilizarla como crédito revolvente, que suele ser más elevada que la de cualquier otro tipo de tarjeta de crédito.
Hay bancos que ofrecen tarjetas de crédito sin garantía a quienes aún no tienen ninguna historia crediticia, aunque la tasa de interés que deberá pagar, posiblemente, sea mayor a la que aplican a otros clientes que cuentan ya con registros positivos en el Buró de Crédito y/o en el Círculo de Crédito. Otros, ofrecen facilidades a los jóvenes universitarios que desean adquirir su primera tarjeta.
Las tarjetas garantizadas son más caras que las tarjetas de crédito promedio, porque va dirigida a un segmento que conlleva un riesgo más alto, por lo que el banco debe cubrir su exposición al riesgo mediante una garantía. Mientras las tarjetas de crédito clásicas en el mercado tienen un CAT que oscila entre 25 y 35% en promedio y existen varias opciones sin anualidad, hay tarjetas de crédito garantizadas cuyo costo anual total va de 30 a 60%, con anualidades por arriba de los 600 pesos.
Recomendaciones
Leer la letra pequeña: Muchos bancos e instituciones financieras presentan las tarjetas de crédito aseguradas sin advertir sobre los términos correctos y los cargos escondidos que las acompañan. Antes de aplicar para una tarjeta de crédito garantizada, revise todos los términos y condiciones. Evite las tarjetas aseguradas con cuotas mensuales de mantenimiento, altas tasas de interés (más de 20%), los cargos por solicitarlas y otros cargos por configuración de cuenta.
Empezar a construir tu crédito: Si no tiene crédito o tiene mal crédito, solicitar una tarjeta de crédito y hacer los pagos a tiempo puede restaurar su calidad crediticia.
No es necesario pagar intereses para tener buen crédito: Algo importante que debe saber es que no es necesario pagar intereses a una tarjeta de crédito aseguradas, para construir su crédito. Si se paga el balance completo a final de mes, no cobrarán intereses y los pagos a tiempo serán reportados al buró de crédito.
No olvidar el depósito: En casi todos los casos, los bancos son confiables en devolver el depósito. Sin embargo, después de 1 año de obtener la tarjeta de crédito garantizada se puede pedir que se devuelva el depósito y convertirla a una tarjeta de crédito tradicional. Algunos bancos requieren que se haga una llamada para hacer este proceso.