Su estructura de piedra volcánica con detalles de mampostería, han convertido a este templo en una visita obligada para los millones de viajeros que disfrutan del país.
Los baoris son pozos con forma de embudo, cuyos laterales están formados por una serie de terrazas unidas por pequeños tramos de escaleras. Estos peldaños descienden hasta una gran fosa central, donde se encuentra el agua de las lluvias, para que los habitantes de la región puedan abastecerse durante los largos inviernos secos de la India.
El Chand Baori es uno de los más grandes y profundos de todo el país. Según cuenta la leyenda, este impresionante templo fue construido en el siglo IX, en una sola noche, bajo la orden del Rey Chand, y se diseñó con una estructura de infinitos escalones para que fuera imposible que alguien recuperara una moneda caída en el fondo del pozo.
Las paredes están compuestas por 3.500 estrechos escalones repartidos en 13 niveles que alcanzan 25 metros de profundidad, una altura equivalente a la de un edificio de 9 pisos. Sus terrazas se convierten en un lugar ideal para huir de las altas temperaturas en los periodos de intenso calor.
También se encuentran un balcón, varios santuarios y templos, en los que en el pasado se ubicaban varias imágenes de los dioses Ganesh, Mahishasuramardini y Durga. Hoy en día se encuentran en una capilla que se encuentra en el exterior del pozo, junto a su zona de acceso.
En uno de los lados, se construyeron varios templos donde se realizaban rituales y ceremonias; y una serie de habitaciones, que servían como servicios y comedores.