Suele ocurrir en varios sectores e industrias: las tendencias se construyen a base de rescatar antiguos materiales o formas del olvido, del pasado.
Es lo que ha ocurrido en los últimos años con el terrazo, un material que se ha empleado tradicionalmente para los suelos, y que consiste en una mezcla de piedrecitas y mármol aglomerados con cemento, cuyo resultado permite que cada una de las piezas sea diferente de las demás. El terrazo fabricado in situ, tuvo su auge en las décadas de 1960 y 1970.
El terrazo es uno de los materiales utilizados tanto en exteriores como en interiores de edificios, y que menores problemas de conservación presenta. La mezcla de piedras naturales y mármol, produce una amplia gama de colores y motivos. Como el hormigón, el terrazo resulta excepcionalmente resistente, sobre todo cuando se ha prensado de forma hidráulica.
No era raro ver terrazo en las casas de los barrios obreros, construidas durante la segunda mitad del siglo XX, sobre todo en los suelos, tanto interiores, como exteriores. La razón es sencilla: es un material duro, fácil de mantener, y sobre todo, muy económico. Beneficios que se mantienen en la actualidad.
Por lo tanto, se trata de una tendencia que puede seguir con facilidad, ya que le saldrá barata y, además, podrá elegir entre un montón de variedades según, por un lado; el grano, que puede ser fino, medio o grueso y, por otro, el color. Tradicionalmente, los más usados lucían tonos blancos, grises o tierras; hoy, se pueden encontrar incluso en azul, negro, rosa o en una combinación de varios colores.
Hasta ahora, el terrazo solo se había visto en suelos. Su capacidad de resistencia ante la humedad lo hacía ideal, sobre todo, para las terrazas. Pero esto ya no es así: su uso se ha ampliado y ocupa muchos más espacios en el hogar. Por ejemplo, como revestimiento de paredes de baños y cocinas. O como material para las encimeras de la cocina. Es asombroso como los diseños modernos convierten este sencillo material en una joya que brilla en cualquier habitación en la que se use. Pero la lista no acaba ahí. El terrazo ya alcanza elementos fundamentales para el hogar como: mesas, sillas, taburetes, bañeras, lámparas o elementos decorativos.
Y, por si fuera poco, el furor por el terrazo ha alcanzado tal nivel, que ya inspira como motivo gráfico; el estampado de cortinas, cojines, edredones o papel pintado, entre otros, aparte de otros objetos como cuadernos, bisutería, fundas de móvil, bolsos… Cualquier aplicación es buena.
Pues bien, después de varias décadas abandonado, el terrazo se reivindica como la última tendencia en decoración. Así son las tendencias, cíclicas.