The Shard, con 310 metros de altura, se ubica donde antiguamente estaban las Southwark Towers, demolidas en 2006.
Diseñado por el arquitecto italiano Renzo Piano, el edificio cuenta con 95 plantas, de las que 72 son habitables. El arquitecto quiso reflejar el latido y la vida de Londres, sobre las fachadas de vidrio del edificio, que reflejan las estaciones del año.
The Shard, nació con la idea de convertirse en una ciudad vertical en que ‘la gente pueda vivir, trabajar y relajarse’. Para ello, el rascacielos está repartido por zonas en el que hay un rincón para todo.
El espacio para oficinas, está situado en los pisos más bajos, donde los empleados pueden disfrutar de unas vistas privilegiadas de la capital británica, desde sus puestos de trabajo. En esta zona también hay un hospital privado, con casi 100 salas médicas. Arriba de la zona de trabajo, se encuentran tres restaurantes de lujo, que permiten disfrutar de una cena frente a la Ciudad.
En la torre se encuentra el Shangri-La Hotel, que alberga 202 habitaciones. Más arriba, el rascacielos cuenta con una decena de exclusivos apartamentos, los más altos de Londres, que en algunos casos ocupan toda la planta.
El principal elemento estructural, es el núcleo de hormigón en el centro del edificio, que alberga los elevadores principales de servicio, los ascensores y las escaleras de escape, soportando todas las cargas laterales y las de torsión, a que es sometido el edificio.
El 95% de los materiales con los que se construyó, son reciclados, y la gigantesca cristalera que envuelve todo el edificio, está diseñada con placas fotovoltaicas, que permiten reducir las emisiones del consumo energético, al aprovechar la luz solar que recibe, para proveer de energía a las instalaciones.